CAPÍTULO 29

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Milagros pov:

Mili:

Suerte en la citaa

T amo

Dsp contaa <3


Zoe:

Gracias

Estoy nerviosa

Está muy lindo aaaa

Yo te amo más <3


—¿Estás hablando con Zoe? —me preguntó Cristian que estaba sentado al lado mío.

Había vuelto hoy a la tarde y como Lautaro y Joaco todavía no habían llegado, Nahuel estaba en la cita con Zoe y Delfi también había salido, lo invité a comer con Licha y conmigo.

—Sí, le estaba deseando suerte.

—No puedo creer que estén teniendo su primera cita —sonrió—. La cantidad de días que Nahuel estuvo para animarse a invitarla a salir.

—¿Posta?

—Sí, todos los días me pedía mi opinión por las dudas y todos los días tenía que decirle que le preguntara, que seguramente le iba a decir que sí, si es que no se lo preguntaba ella antes.

—Definitivamente Zoe le hubiera preguntado si él no se le decía —me reí.

—¿Y vos? ¿Cambiaste tu fondo de pantalla? —me preguntó canchero—. ¿Quedó re linda, no?

—¿De qué me perdí? —Lisandro apareció en la puerta del comedor con una bandeja de canelones de verdura y carne caseros.

El Cuti me miró con un sonrisita esperando a que yo hablara así que, tomé la palabra.

—Nada, es que decidí cambiar mi fondo de pantalla por recomendación de Cristian y quería verlo.

—No, esperá —aclaró Cris—. Es que estábamos hablando de lo mucho que nos gustaba la foto que te habían sacado dedicándole el gol a Mili y se me ocurrió que quizás podía ponerla de fondo de pantalla.

—Y yo pensé que, después de ese riesgo que tomaste para dedicarme tu primer gol post lesión, la foto merecía ser bastante apreciada —terminé de explicar y Lisandro no dejaba de mirarme con ternura mientras apoyaba la bandeja con la comida en la mesa del comedor.

—Mostra como quedooo. —Cris me empujó despacio para que le diera bola.

—Ya vaaa. —Desbloqueé mi celular y se los mostré recibiendo un grito de felicidad de parte de Cristian y la misma mirada de antes por parte de Licha. Solo me miraba, no hablaba por lo que empecé a pensar que quizás no le había gustado el gesto o le parecía una ridiculez.

—Voy a buscar los platos y los cubiertos así podemos comer los canelones antes de que se enfríen. —Me paré rápido del sillón completamente muerta de vergüenza y queriendo escaparme de su mirada.

—Te ayudo porque también hay que traer los vasos —dijo Lisandro y me siguió hasta la cocina, fuera de la vista del Cuti.

Sentía que tenía las mejillas bordó prácticamente por lo que le di la espalda y me puse a buscar las cosas, intentando ignorarlo.

—Perdón si te pareció un boludez, en realidad-

Iba a seguir hablando pero Lisandro me agarró de la cintura y me dio vuelta juntando nuestros labios, dejándome entre la mesada y su cuerpo. Dejé que profundizara el beso y llevé mis manos a su pelo. Su boca atacaba la mía con necesidad y cuando nos separamos, los dos teníamos los cachetes colorados.

Malentendido | Lisandro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora