CAPÍTULO 16

4.2K 239 11
                                    

Milagros pov:

Ya estábamos en la casa de Lisandro hace un par de días y por insistencia suya, nos íbamos a quedar hasta que se terminara nuestro viaje, por lo que nos había hecho una copia de las llaves a cada una para que no tuviésemos que estar tocando el timbre cada dos por tres.

Nuestra relación seguía siendo un poco incómoda porque por momentos todavía me costaba tenerlo tan cerca pero iba mejorando y sinceramente, estábamos mejor que cuando nos vivíamos peleando.

El cuello y la cintura me seguían doliendo pero los moretones ya no estaban de un color tan fuerte como antes, de a poco estaban empezando a desaparecer. Lo que todavía no desaparecía, era el miedo de que me pasara algo parecido de nuevo por lo que, había decidido no salir mucho a la calle en estos días. La mayoría de las tardes, los chicos venían a pasar un rato conmigo, con Zoe y con Lisandro cuando no tenía que ir a rehabilitación o a entrenar.

Esta tarde en particular, estaba escuchando música mientras me bañaba, aprovechando que Zoe se había ido con Nahuel y que Lisandro estaba entrenando para no molestar a nadie. Cuando me estaba lavando la cabeza, tocaron el timbre pero lo ignoré porque no tenía ganas de salir corriendo a atender. Volvieron a tocar y me terminé de enjuagar el pelo apurada e irritada. Cerré el agua y envolví mi cuerpo en una toalla lo más rápido que pude. El timbre sonó por tercera vez.

—¡Ya va! —grité enojada y abrí la puerta de golpe pero quedándome atrás para que solo se viera mi cabeza.

—Uh perdón, ¿rompí mucho las pelotas con el timbre, no? —se rió Lautaro cuando vio mi cara.

Mi expresión se relajó un poco.

—Y...la verdad que sí —le contesté con una sonrisa—. Me estaba bañando y me hiciste salir corriendo.

—Uy mala mía —se disculpó.

—Tranquilo, pasá. —Terminé de abrir la puerta para que entrara y cuando vio que estaba en toalla, miró para otro lado un poco avergonzado—. Me termino de bañar rápido y vengo. ¿Viniste por algo en especial? —pregunté y cerré.

—Eehh nono —dijo nervioso—. Solo venía para verte un rato.

Antes de que me pudiera alejar, la puerta se volvió a abrir y entró Lisandro, dejándome entre ésta y la pared.

—¿Qué hacés acá Lauti? —preguntó confundido.

—Nos vino a ver —hablé sorprendiéndolo.

Lisandro me recorrió de arriba abajo con la mirada y tensó su mandíbula de una manera casi imperceptible.

—Me estaba bañando cuando tocó el timbre —aclaré.

—Sí, me di cuenta. —Me miraba fijo a los ojos, completamente serio mientras cerraba la puerta.

—Bueno, los dejo y dentro de un rato vuelvo. —Incómoda fui prácticamente corriendo hasta el baño y me volví a meter a la ducha.

10 minutos después, salí del baño y me fui a sentar con ellos al comedor. Estaban hablando de algo de fútbol mientras tomaban mate y, aunque no podía acotar mucho a la conversación porque no sabía del tema, me estaba entreteniendo escucharlos hablar.

—Sí, yo me tengo que volver pasado mañana porque tengo un partido contra Empoli —dijo Lautaro.

—Noo, ¿cómo que te vas? —Tomé el mate que me había dado mientras Lisandro me miraba atento pero sin decir nada.

—Tranqui que apenas puedo, vuelvo —me sonrió—. ¿Me vas a ver jugar, no?

—¿Cuándo es? —Le devolví el mate.

Malentendido | Lisandro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora