Lisandro pov:
—Bueno y acá hay una biblioteca a la que no entro mucho la verdad —seguí contándole.
Estábamos en el primer piso y le estaba mostrando todos los lugares de la casa que no conocía para que se sintiera más cómoda.
Ya habíamos visto la habitación que tenía en la planta baja para guardar los trofeos y recuerdos de mi carrera y el 'mini cine' que había pero que casi nunca usaba tampoco. En el primer piso estaba mi habitación con baño, otro baño grande y la biblioteca. Antes había un cuarto de invitados por si venía alguien y se tenía que quedar a dormir pero, con el tiempo, pasó a ser una habitación llena de cosas que casi nunca usaba, que ya no me servían o de las que me había olvidado.
Apenas entramos a la habitación llena de libros, la cara de Mili se iluminó mientras se acercaba a las estanterías. Ojeaba el lomo de los libros con una sonrisa, completamente perdida en su mundo.
Se veía muy tierna, como si le hubiesen dado la mejor noticia de su vida y nadie más existiese a su alrededor.
Yo solo la miraba con una pequeña sonrisa y le daba su momento y su espacio, esperando a que dijese algo.
—¿Por qué tenés esta habitación? —me preguntó, volviendo su atención a mí.
—Porque a Delfi le encanta leer y tenía tantos pero tantos libros que, en su momento, habíamos decidido usar esta habitación exclusivamente para dejarlos —expliqué y su sonrisa se desvaneció un poco hasta convertirse en una mueca.
—Ah...
—Siguen acá porque cuando se mudó, se fue a vivir a un departamento y no le entraban, entonces le dije que podía dejarlos acá por un tiempo —le aclaré—. Al final pasaron los meses y quedaron acá...creo que nunca se los va a llevar.
—¿Y vos no leés?
—A veces leo pero la mayoría de los libros que hay, son de ella... —Me quedé en silencio por un par de segundos—. ¿Y a vos te gusta leer?
La sonrisa volvió a su cara.
—Me encanta —dijo feliz.
—Entonces podes leer el que quieras.
—Noo —respondió rápido—. Son de Delfina, me da cosa agarrarlos.
—No le molesta —la tranquilicé—. Ella misma me dijo que podías leerlos todos si querías. Probablemente termine regalando o donando la mayoría.
—¿Estás seguro?
—Sí, Mili —me reí con ternura y me acerqué hasta donde estaba ella.
Agarró un libro de la estantería con una sonrisa y me dio un pico fugaz, completamente feliz.
—¿Queda algún otro lugar de la casa por recorrer?
Milagros pov:
Estaba sentada en el sillón, leyendo el libro que había agarrado hace un rato de la biblioteca.
Hace bastante tiempo que no me sentaba a leer tranquila y en paz, siempre estaba yendo de un lado a otro intentando recorrer y disfrutar del viaje que siempre habíamos soñado con Zoe y sentía que eso estaba teniendo el efecto inverso: no frenaba un segundo a realmente darme cuenta todo lo que nos estaba pasando.
Desde que habíamos conocido a los chicos y más que nada, desde que había decidido quedarme unos días tranquila en la casa de Lisandro, estaba empezando a darme cuenta de disfrutaba más así. En los primeros días de nuestro viaje, habíamos recorrido un montón de lugares e ido a otro montón con los que siempre habíamos soñado conocer. Ahora, quizás, nos tocaba disfrutar más de la gente que estábamos conociendo en el viaje.
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Malentendido | Lisandro Martínez
FanfictionDurante un viaje a Inglaterra, Milagros acompaña a su amiga Zoe a ver un partido del Manchester United sin saber que se iba a chocar con Lisandro Martínez por accidente y que eso iba a generar una serie de malos entendidos con la prensa y los fans...