EPÍLOGO

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Aclaración: en este cap, todo lo que los personajes digan y esté en cursiva, es porque lo están diciendo en inglés.


Milagros pov:

Estaba con los ojos cerrados intentando relajarme y mantener la calma. Aunque, sinceramente, era bastante imposible. En mi cabeza, no dejaban de aparecer imágenes en donde algo salía mal y se arruinaba todo. Mi mayor miedo era no poder hablar por los nervios.

Habían pasado 7 meses desde que Zoe se había ido a vivir con Nahuel. 7 meses desde que había mandado mi novela a una editorial y me habían dicho que planeaban publicarla en español y en inglés, debido al alcance que tenía.

Habían sido 7 meses muy movidos pero a la vez, de los más hermosos de mi vida: con Lisandro ya habíamos remodelado gran parte de la casa, en especial la biblioteca, que se había transformado además, en un lugar al que iba siempre que necesitaba inspiración y un poco de paz. Delfi y Olivia, habían oficializado su relación, aunque cada una seguía viviendo en su casa y mi mejor amiga, era increíblemente feliz en España. Yo había estado estudiando, trabajando y esperando con ansias la publicación de mi novela mientras Lisandro intentaba que no me diera cuenta de lo mucho que faltaba, en ese momento, para que eso se concretara: todos los días llegaba con una idea nueva para decorar la casa y no había nada que me hiciera más feliz.

Excepto, quizás, por este día.

Era la presentación de mi libro y no podía creer la cantidad de gente que había venido a verme, a comprar algo que yo había escrito y a que se los firmara. Tenía que pararme delante de todas estas personas para hablar y temía no lograrlo.

Todos habían podido venir a verme: Lisandro, Cristian, Lautaro, Joaquín, Nahuel, Zoe, Delfina y Olivia, estaban sentados en primera fila; con una sonrisa y completamente expectantes. Ninguno se había querido perder este día tan importante para mí. Mis papás estaban sentados atrás de ellos y mi mamá ya lloraba, aunque quisiese disimularlo.

En estos últimos meses, me hablaba casi todas las semanas con ellos. De a poco, habíamos logrado ir reconstruyendo la relación tan cercana que solíamos tener y yo hasta había preparado unas vacaciones sorpresa en Bariloche. Quería volver a ver nevar con ellos, como cuando nos íbamos de vacaciones hacía años.

Me nombraron para que subiera a la tarima que habían armado y mi papá me miró con una sonrisa reconfortante, notando mi nerviosismo.

Respiré profundo y me acerqué hasta el atril para empezar a hablar pero cuando levanté la cabeza y vi al público, me puse más nerviosa todavía. No por la cantidad (bastante grande) de gente mirándome, sino porque al final de la sala, justo en la última fila de sillas, estaban Carlos Sainz y Charles Leclerc esperando a que empezara a hablar.

Era sábado y sabía que este fin de semana no había carrera pero no se me había ocurrido, ni en mis mayores sueños, que ellos 2 iban a disfrutar su semana libre, viéndome presentar mi libro. Si no hubiesen querido sorprenderme, probablemente Leclerc me habría mandado un mensaje por mis redes porque habíamos hablado un par de veces desde que me había empezado a seguir pero claramente, por algo no me habían avisado.

—Amor —me susurró Lisandro. Me había quedado tildada y entrando en pánico en vez de hablar.

Me miraba con ternura.

Sí, perdón —hablé al micrófono—. Estoy un poco nerviosa pero quería agradecerles a todos por estar acá hoy. Es un día extremadamente importante para mí porque por fin van a poder tener en sus manos, algo que escribí hace un tiempo ya y que nos llevó mucho trabajo y dedicación, a mí y a cada uno de los que me ayudaron a que este libro se publicara. —Me tomé un segundo para respirar—. Esta historia y la idea, nacieron acá en Inglaterra, después de conocer a un grupo de personas maravillosas que hoy tengo el placer de llamar amigos. Creo que logré plasmar en cada página, mis sentimientos y mis alegrías pero también, la experiencia de viajar a otro país y terminar siendo tan feliz, que decidís quedarte y probar lo que resulta de eso. Claramente, es una historia lo que quiere decir que, está inspirada en mi realidad pero no es mi realidad. Espero que la disfruten y de nuevo, gracias por haberse tomado el tiempo de venir hasta acá para escucharme hablar sobre algo que, hace un par de años, pensaba que era un sueño imposible.

Malentendido | Lisandro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora