CAPÍTULO 20

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Milagros pov:

—Holaaa —dijo Delfina mientras aparecía por la puerta del patio donde estábamos Zoe, el Cuti, Nahue y yo.

Después de haber visto la carrera y el partido, habíamos decidido invitar a los chicos a un día de pileta aunque Lisandro no pudiese meterse por la lesión.

Ya estábamos todos tomando mate y boludeando cuando llegó Delfi. Licha venía atrás suyo y cuando nuestras miradas se encontraron, me dedicó una sonrisa alentadora.

—Hola, Delfi —la saludé—. Sentate al lado mío y de Zoe si querés.

Un poco tímida, se sentó con nosotras.

—Traje galletitas caseras para comer con el mate —nos avisó y sacó un tupper de su bolso.

—Uhh se ven riquísimas —contestó Zoe—. Voy un rato con los chicos a la pileta y cuando salgo pruebo una. —Se paró y se alejó de nosotras. Sabía que lo había hecho para que pudiésemos hablar.

—Delfi. —Mis ojos estaban fijos en los chicos y en Lisandro que estaba del otro lado de la pileta, mirándonos de reojo mientras se cebaba un mate—. ¿Te puedo hacer un comentario?

—Obvio, decime lo que quieras.

—Bueno...primero quería pedirte perdón por la otra vez que viniste, que me fui de una manera media abrupta —empecé—. Me sentía de más la verdad...Los veía muy felices y preferí dejarlos solos. —La miré de reojo antes de seguir hablando—. Pero sinceramente, no tengo ningún problema con vos y quería decírtelo porque me encantaría que nos conociéramos mejor y que, quizás pudiéramos... terminar siendo amigas.

Se quedó callada unos segundos antes de hablar.

—Tranqui, Mili...te entiendo —me sonrió—. Yo quiero aclararte que entre Lisandro y yo no hay nada más que mucho cariño como amigos. Yo lo adoro pero no de manera romántica y sé que a él le pasa lo mismo... —Se volvió a hacer un silencio—. Vi tu video con la recomendación de Red Queen y me encantó, concuerdo con todo lo que dijiste. Es una de las sagas de fantasía que más me gustan.

Mis nervios por lo que podía llegar a contestarme, desaparecieron cuando la escuché cambiar de tema y empezar a hablar de algo más trivial tan naturalmente.

—Sí, ya terminé el primero y tengo muchas ganas de empezar el segundo. Me dejó alta intriga el final —contesté más relajada.

—¿Viste? Me pasó exactamente lo mismo. —Abrió el tupper con las galletitas—. ¿Querés una?

—Gracias —dije agarrando una y le di un mordisco—. Están riquísimas, posta.

—¿Nos metemos a la pileta? —preguntó con una sonrisa.

Me levanté del pasto y le extendí la mano para ayudarla a pararse. Me saqué el vestido que tenía arriba de mi malla enteriza negra y me acerqué al borde de la pileta con Delfina. Cuando miré a Lisandro de reojo antes de tirarme, me guiñó el ojo y se rió.

A pesar de que mis marcas se seguían viendo un poco y no me gustara verlas prácticamente, con los chicos estaba lo suficientemente segura como para dejarlas a la vista sin sentirme observada o juzgada. Sabían lo que me había pasado y no especulaban nada, ni hacían ningún tipo de comentario que me hiciese sentir mal y me daban mi espacio para que les contara como me sentía respecto al tema sin presionarme.

—Milii, ¿sabés nadar? —quiso saber el Cuti apenas toqué el agua.

—Sí.

—¿Hacemos un pique de crol a ver quién llega primero?

Malentendido | Lisandro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora