CAPÍTULO 43

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Aclaración: en este cap, todo lo que los personajes digan y esté escrito en cursiva, es por que lo están diciendo en inglés.


Milagros pov:

Acababa de llegar a la librería y no podía creer lo que estaba viendo: la dueña estaba parada del lado de adentro, cerca de la entrada y rodeada de muchísimas personas más de lo que generalmente solía haber en el local. Me acerqué hasta dónde estaban y todos empezaron a hablarme al mismo tiempo y emocionados por lo que, no lograba entender nada de lo que me decían. La dueña, apenas me vio, tiró de mí para adentro de la librería y cerró la puerta.

Me miraba con una sonrisa.

Buen día —saludé un poco confundida—. ¿Qué está pasando?

Se ve que una chica dijo por redes sociales que vos la habías atendido y subió una foto con vos, así que ahora todas estas personas, vinieron a comprar y a verte —me contestó feliz—. Creo que nunca tuve tantos pero tantos clientes en una mañana.

¿En serio están acá por mí? —dije asombrada.

Sí, dicen que les encantaría que les recomiendes libros y les des un autógrafo. —Era difícil escucharla con tano griterío afuera—. Se me ocurrió que podemos hacer una estantería exclusiva con todos los libros que vas recomendando y también promocionar otros diciendo "si te gustó tal libro, tenés que leer este otro".

Es una muy buena idea esa —le sonreí—. Estás en la movida, eh.

Seré grande pero mis nietas me explican todas estas cosas —se rió— y teniendo en cuenta tu claro buen manejo de redes, yo creo que vas a poder promocionar bien los libros y a este lugar. —Me agarró a mano con cariño y la apretó—. Confío en vos, Mili.

Volvimos a abrir la puerta, dejando pasar a las personas que estaban esperando afuera y estuve todo el resto de la mañana atendiendo a una cantidad de clientes impensada para mí. Me alegraba ver a toda esa gente interesada en comprar libros que había recomendado y que quisiesen sacarse fotos o hablar conmigo. Estaba recibiendo mucho cariño de la gente y se sentía bien después de los malos comentarios y el odio que había recibido después de conocer a Lisandro.

Estaba acostumbrándome a empezar a ser una persona más pública y creía que tenía toda esta parte, que era linda y con la cual me sentía cada vez más cómoda.

Cuando llegué a la casa de Lisandro, había un montón de personas en las redes que me habían arrobado y subido las fotos que me había sacado hoy. Me decían cosas lindas y me agradecían por haberme tomado un ratito para hablar con cada una así que, estaba con una sonrisa en mi cara.

Necesitaba contarles esto a Zoe y a Licha.

—¡Llegué! —avisé cuando abrí la puerta—. ¡No saben lo que me pasó hoy en el trabajo!

Lautaro apareció en el hall de entrada con una cara de preocupación y mi sonrisa desapareció.

—Hola, Mili —saludó.

—Hola, ¿qué hacés acá? —quise saber y me acerqué a abrazarlo—. ¿Pasó algo?

Me miraba pero no me contestaba.

—Amor, ¿todo bien? —Licha apareció, bastante nervioso y se paró al lado de Lautaro.

—Eehh sí, ¿ustedes? Parece que vieron a un muerto... —Se miraban entre ellos pero no hablaban— ¿Y Zoe?

—Acá estoy...tengo que decirte algo —dijo seria.

—Bueno, por fin alguno me va a decir que pasa —respondí en chiste, intentado alegrar un poco el ambiente, aunque no pareció servir mucho.

Malentendido | Lisandro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora