CAPÍTULO 13

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Advertencia: este capítulo tiene una escena de violencia. Creo que no es muy fuerte la verdad pero aviso por las dudas <3


Milagros pov:

El día de spa me estaba relajando mucho, había podido dormir un par de horas más y ya no estaba tan pendiente de lo que decían de mí o de lo que había pasado con Lisandro. Sabía que esta paz que sentía no iba a durar mucho, por eso estaba intentando disfrutarla al máximo.

Ya eran las 5 de la tarde cuando salimos del spa y, aprovechando que no quedaba tan lejos del hotel, empezamos a caminar hasta allá.

—¿Y? ¿Te relajaste un poco? —me preguntó Zoe con una sonrisa.

—Sii, hace mucho que no hacía día de spa y creo que lo podríamos hacer más seguido —respondí.

—Por mí no hay problema eh. —Pasó su brazo por arriba de mis hombros y me abrazó mientras seguíamos caminando—. Me alegra que hayas podido distraerte un poco, hermosa. Ya vamos a solucionar todo, tranquila.

—Gracias Zoe, te amo. —Su celular empezó a sonar y revisó sus notificaciones pero no le dio mucha importancia—. ¿Quién es?

—Nahue, me invitó a merendar por acá —contó restándole importancia.

—¿Y no vas a ir?

—Estoy con vos en estos momentos, lo veré después.

—Andá boluda, estuviste conmigo todo el día casi —le dije—. Andá a merendar con él y yo de paso aprovecho para ir a la pileta del hotel o hacer algo tranqui.

—¿Estás segura? —quiso saber.

—Sí, estoy segura. Ya estamos a un par de cuadras del hotel así que, no pasa nada. —Me frené y la abracé.

—Sos lo más —me susurró en el oído—. Avisame cuando llegues.

—Dale, tranquila. Vos también sos lo más.

Zoe se fue a encontrar con Nahuel y yo seguí caminando para el hotel. Cuando me faltaba una cuadra, un chico de mi edad más o menos, se paró al lado mío de la nada.

—Vos sos la novia de Lisandro —dijo y sin dejarme reaccionar tiró de mi brazo y me arrastró hasta un callejón.

No había nadie caminando por ahí en ese momento así que, aunque gritaba, nadie me escuchaba.

—¡Por favor no me hagas nada! —suplicaba mientras intentaba zafarme de su agarre—. ¡Te doy todo lo que tengo si querés pero dejame ir!

Sin soltarme el brazo, me empujó contra una pared y se paró adelante para que no me pudiera mover.

—No quiero robarte —dijo enojado—. Lo que quiero es que termines con Lisandro.

Su petición me descolocó y lo miré confundida.

—Pero yo no-

—Es obvio que están juntos y todo lo que le está pasando es tu culpa. —Llevó su mano libre a mi cuello y lo presionó levemente—. Dejalo en paz, ¿no te das cuenta que le estás cagando la carrera? —Hizo un poco más de presión en mi cuello y ya no podía respirar del todo bien.

—¡Soltame! —Las lágrimas empezaron a caer de mis ojos. Estaba muy asustada—. ¡Ayuda! ¡Alguien, por favor!

—Nadie te va a escuchar —se rió y sentí repulsión por el chico que tenía en frente—. Dejá de romperle las pelotas a Lisandro, ¿me escuchaste? Buscá a otro para acostarte o para sacarle plata pero a él dejalo en paz. —Siguió haciendo presión en mi cuello y llevé mis manos a su muñeca en un intento por librarme de él—. ¿Entendiste, Mili? —dijo en tono de burla y su mano libre fue a parar a mi cintura, empujándome más contra la pared.

Malentendido | Lisandro MartínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora