Dime, si es Real... 《Jace Wayland》

PERDIDA

"Dado que el mundo está tan lleno de muerte y horror,
Intento una y otra vez consolar mi corazón y recoger laa flores que crecen en medio del infierno".
—Herman Hesse.

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"HERREMANA"
Significa tener una relación recíproca de amor destacando la importancia de "dar y recibir".

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Cassydi

De una oscuridad pesada poco a poco se fue iluminando una habitación dejando ver un recuerdo, un recuerdo que se me escapaba dentro de un sueño.

“De rodillas sobre un cojín frente a una mesita de salón me encontraba dibujando con pinturas de agua manchando todo a mi paso.

Mis pequeñas manos estaban repletas de pintura de distintos colores y combinaciones, tranquilidad y concentración, eso sentía mientras veía y analizaba aquel dibujo que tenía frente a mi, tres figuras dejaban ver, dos hombre adultos con algunas características muy notorias uno lleno de brillo y otro con dos cuernos en la frente, sonreí mientras me veía en medio de ambos con el cabello blanco hasta el suelo.”

"muy linda para ser pintado por una niña de 8 años no esperes una obra maestra pero si una llena de color y esmero”  pensé, podía tener sueños lucidos si, sueños que eran recuerdos y tenías constancia de ello era algo tan extraño pero aun así lo deje fluir.

“Corría con el dibujo entre mis manos buscando habitación por habitación, el sonido de la puerta principal cerrándose me hizo sobresaltar provocando que corriera a esconderme baja una mesa.

—No tardamos mucho ¿Dónde esta? –dijo una voz.

Mientras me tapaba la boca con una mano evitando soltar las risitas nerviosas que contenía.

—Lucecita ¿donde estas? –canturreo la otra voz.

—bueno ya que no esta será mejor que me coma este pudín de chocolate. –dijo la otra mientras se escuchaba desenvolver un empaque.

Sali corriendo sin soltar aquella hoja de mi pecho y de un salto con la mano libre tome el pequeño embace mientras quedaba sentada sobre la mesa.

—es mío. –dije buscándolos con la mirada.

—pareces un gato callejero saliendo y corriendo de esa forma. –protesto tio Rag mientras sacaba una cucharilla y platillo acercándose a mi. —¿desde cuando eres tan rápida?

—no lo se. –dije mientras veía como volcaba el pudin el el platillo y dejaba la cucharilla frente a mi y me acariciaba el cabello mientras comenzaba a comer del pudin.

—Carmelo, me darás un infarto si sigues perdiéndote de esa forma. –dijo papá mientras entraba en el lugar.

—si claro no queremos que mueras. –dijo tio rag con ironía mientras soltaba pequeñas risitas aun sentada sobre la mesa.

—que tienes ahí mi pequeña. –dijo papá ignorándolo y limpiándome la boca que debió estar llena de pudin.

—hice un dibujo para tio Rag, para que no nos olvide. –dije extendiendo la hoja que al tener las manos con tintura los bordes se habían manchado dejando mis huellas en ellas de varios colores.