"Parte 10"

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Omnisciente

La noche para el mayor de los hermanos Lightwood era completamente diferente, apenas llegó el anochecer le llegó un mensaje de emergencia del brujo pidiendo su ayuda y este no dudo en ir a su departamento.

Aunque entro casi corriendo quedó confundido y con las palabras en el aire cuando el brujo frente a él estaba bastante tranquilo caminando de un lado al otro en lo que parecía ser, haciendo inventario.

—No había aquí una emergencia? –Lo examinó viendo lo que tenía en sus manos, un bote de cristal casi vacío de lo que parecía ser... —esos son...

—Colmillos de lobos, sep, son buenos para la digestión. –tarareo sus palabras el brujo sonriendo ante su presencia, pero este negó notablemente confundido, dejo las cosas de sus manos en la mesa más cerca y se se acercó a él para poder explicar su plan macabro que fue apoyado en sobre manera por su pequeña luz. —Lamento lo de la llamada de emergencia pero era la única manera de hacer que vinieras...

—Bueno, ahora que veo que estás bien yo... –comenzo a caminar dando por terminada su estadía ahí pero la palabras del brujo lo dejaron en el mismo lugar y con toda su atención.

—No estoy bien, porque tú no estás bien. –Magnus se acercó a él poniendo todo en juego. —Alexander has ido y venido del infierno y no has parado ni un segundo.

—Magnus estamos en medio de una guerra.

—Siempre habrá una guerra; una misión; un problema el cual se debe de resolver, creeme cuando te digo que hablo por experiencia que si no le das tiempo a las cosas que a ti te importan olvidarás por qué pelas.

Alec se dabatia en silencio en si aceptar aquella oferta o no, había pasado por mucho y era verdad que nunca se paraba a nada que el quería, la quejas de su hermanas también resonaron en su cabeza de que al menos una vez hiciera lo que el quisiera, asintió lentamente y la sonrisa del brujo frente a él se agrando de sobremanera.

Magnus no dudo ni un momento más y tomo al chico llevándolo a un bas que le gustaba mucho, comenzaron con una charla trivial y beber algo, Magnus había descubierto algo, Alexander no bebía alcohol.

Pasaron a jugar billar y Alec comenzaba a lucirse en él, no fallaba los tiras hasta el momento.

—Es como el tiro con arco, todo está en el objetivo.

—Quien diria que abrían muchas similitudes tarareo.

El valor y orgullo del joven fue bajada cuando falló el siguiente tiro, fue a beber de aquella cerveza que curiosamente le estaba encontrando gusto, y el sonido de la bola entrando en el ollo le llamo la atención pues aquel tiro era claramente complicado.

—Hiciste tus.. –dijo moviendo sus manos refiriéndose a su magia.

—Bueno, como dice el digo, si no sabes quién está siendo humillado en el billar? Entonces eres tú. –se burló metiendo otro tiro.

El brillo en los ojos de ambos se encendió, la competitividad en ambos era clara, afirmaciones y pullas juguetonas siguieron con cada ronda.
Quien diría que ser competitivos entre ellos alzaría tanta tensión, de la buena entre ellos.

Dime, si es Real... 《Jace Wayland》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora