22 de julio 2016
Me levanté a las 6:30 am, me vestí con ropa deportiva y fuí al cuarto de papá para avisarle a donde iba, otra vez.
-Papá- lo moví un poco para que despertara.
-Que- dijo adormilado.
-Ya me voy, voy a salir con Mérida a correr. Tal vez regrese... o tal vez no pero estoy con ella- le dije en voz baja.
-Okey... usen condones- dijo aun adormilado- ¿con quien vas?
-Con Mérida- sonreí por su comentario anterior.
-A si si, usa condón.
-Adiós papá.
Salí de su cuarto cerrando la puerta. Fui a la cocina para tomar dos manzana y salir a las 6:50 am directo a casa de mi princesa.
Si casa me queda un poco más lejos cuando me quedo con mi papá. Al llegar toqué la puerta y para mi sorteos a salió ella.
-Buenos días- saluda ella, dándome un beso en los labios.
-Buenos días- dije al separarnos. Ella sonrió y le mostré la manzana- toma un regalo de mi para ti.
Ella río y acepto la manzana.
-Gracias- le dio una mordida.
Caminamos un rato por la calle hasta llegar a un deportivo. Donde había una enorme cancha apta para correr p caminar.
Mérida y yo calentamos un poco. Saque un pequeña bolsa de plástico que traía en mi mochila para meter la basura de las manzanas. Ella se quitó su sudadera negra para dejar ver un top deportivo naranja. Se veía hermosa.
-Se te va a caer la baba- bromeo ella. La ignoré, mi princesa se veía mas hermosa así, correré con ella todos los días para ver su sexi figura- ¿vamos a correr?
-Aja.
Sin duda ella era mas buena que yo, y eso me fascina.
Comenzamos trotando, ella estaba concentras mientras que yo volteaba repetidas veces a ella.
Después de un tiempo comencé a tomar la delantera. Y luego ella hasta que se volvió competencia. Y no, no gané. Soy rápido pero no lo suficiente.
-Eres lento- dijo burlonamente.
-Claro que no. Solo me distraje muchas veces.
-Bueno entonces me vestiré así todos los días- sonrió.
-Si- dije sin pensarlo- seria... fantástico- sonreí como bobo- ¿te he dicho lo linda que luces con ese top?
Se sonrojó por mi comentario para después sonreír y tomar mi cabeza.
No me resistí un minuto mas y la bese salvajemente. Mis labios contra los suyos. La cargué y ella enrolló sus piernas en mi cintura mientras despeinaba mi cabello. Yo pasaba mis manos por su espalda y su abdomen.
Estuvimos así hasta que me di cuenta en donde estábamos.
-Eres hermosa- le susurré recargando mi cabeza en sus pechos.
-Lo sé- acarició mi cabello lentamente.
La abracé un poco más fuerte. Necesitaba tranquilizarme, ella era experta en ponerme loco sumamente loco.
-Hicc- me susurró.
-¿Que pasa?
-Seguimos en la cancha.
-¿Y?
-En esta rara posición.
Sonreí.
-Querrás decir en esta sensual rara posición.
Ella rió.
-Si eso.
-Entonces te cargaré de caballito, no tengo deseos de despegarme de ti.
Aun no se como le hizo para que yo la pudiera cargar de caballito sin que la bajara. Tomé mi mochila y se la di para que ella la cargara ya que yo no podía.
Recorrimos la ciudad, toda la ciudad sin que ella tocara la tierra. Nos tomamos unas cuantas fotos. Tomamos un helado (que era uno de nuestros mejores pasatiempos).
Cuando el sol se metió regresamos a su casa, para eso ya eran las diez de la noche y me dolía la espalda y los pies ya que yo fui el que caminó.
-Creo que ya me puedes bajar- dijo tranquilamente.
-Como usted ordene su majestad- dije con "elegancia".
La bajé lentamente sentí un han alivio en mi espalda.
-Fue un gran y raro día Hicc, gracias- me sonrió tiernamente- Buenas noches.
-¡Espera!- la tomé de la mano y ella me miró curiosa- No puedes irte sin decir "te amo".
-Te amo- se acercó a mi para volverme a besar, pero esta vez tiernamente como todas las otras veces. Pero yo no lo dije- tu no lo dijiste.
-Porque no me quiero ir- ella se mordió el labio inferior.
-¿Quieres quedarte?
-Si- sonreí nuevamente.
Entramos por su ventana haciendo el menor ruido posible. Ella fue al baño a cambiarse mientras yo me estaba un poco para después recostarme en su cama.
Ella salió con unos shorts y una camisa sin mangas para recostarse a mi lado.
-Deja de vestirte así, me estas volviendo loco- susurré.
-Me encanta volverte loco.
Le di un beso en la frente y ella colocó su cabeza sobre mi pecho, lo que hizo que mi corazón se acelerará.
-Te amo- me miró por última vez.
-Te amo- repetí antes de caer dormido.
Ha sido la segunda mejor noche que he pasado con ella.
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Mericcup: Daily of Hiccup
RomanceCreo que es nuestra decisión como contar historias tristes. Por un lado, puedes suavisarlas y nada esta tan mal que no pueda arreglarse con una canción de Peter Gabriel. Esta versión me gusta tanto como a cualquier chica... pero no es la verdad. H...