20 de noviembre 2016
Han pasado dos semanas desde que pasó todo eso... no me gusta recordar como la cara de mamá palideció al decirle lo de papá.
En el funeral de mi padre estábamos mi madre y yo, Bocón y Norte, y otros compañeros de su trabajo que no conozco. También vino Rapunzel y, también ella. No se acercó a darme el pésame lo cual agradecí porque no quería verla ni oírla, estaba bastante destrozado para eso. Pero una parte de mi se entristeció porque solo se quedo mirando, en ves de abrazarme.
Pero ya no me siento solo... no tanto.
Desde el funeral de mi padre he vivido en mi apartamento, no quiero seguir viviendo con mi madre.
Vendí la casa, me tuve que hacer responsable de eso, y me pareció la mejor idea. Todos los días he ido a la casa de mi padre a recoger algunas cosas importantes para mi y meterlas en una mochila pequeña, lo demás lo tiro.
Hoy fue la última vez que fui a mi casa, tomé todas las fotografías y algunos de mis peluches que había conservado y los metí a mi mochila. Cerré la casa y me recargué en la puerta. Cerré fuertemente mis ojos, impidiéndome llorar.
Se que es malo no llorar en estos momentos, pero no quiero seguir dandole lastima a la gente.
Me giré, dispuesto a irme a mi departamento. Y, antes de entrar al parque donde conocí a Rapunzel la vi. Al parecer me buscaba y me encontró. No dudé un segundo mas y corrí hacia ella, y la abracé. Y entonces dejé que todas las lagrimas que llevaba acumuladas desde hace dos semanas salieran.
-Lo sien...
-No hables, por favor- supliqué.
Me sentía tan vulnerable, les decía a todos que estaba bien cuando no era cierto. Tal vez no debí correr hacia ella pero simplemente yo ya no soportaba mas esto.
Me separé de ella y limpié algunas lágrimas que caían sin control.
-Lamento que me hallas visto llorar.
-La lluvia cae porque la nube ya no puede superar el peso. Las lágrimas caen porque el corazón ya no puede soportar el dolor.
Y volví a llorar. Necesitaba un abrazo y ella me lo brindó, necesitaba un hombro en donde llorar y ella me lo dio, la necesitaba a ella, a mi princesa.
-Lo siento tanto Hiccup- dijo en voz baja. Me separe de ella, no sabia de que se estaba disculpando, pasaron tantas cosas que no sabia.
-¿De que lo sientes? ¿De besarlo? No importa, te enamoraste de sus encantos no de los míos.
-No es cierto, sabia que actuabas como el pero jamás me enamoré de el... yo estaba en mi casillero guardando algunas cosas, el me tocó el hombro y al girarme me besó. No reaccioné porque estaba sorprendida y no podía creer lo que pasaba hasta que escuché a Rapunzel. Le di un puñetazo el la boca y fui a buscarlos.
-Nunca le hubiera pedido ayuda- tenía que decírselo, tenía que decirle la horrible persona que soy- Es mi culpa Mérida.
-No, no es tu culpa.
-Si... si lo es... todo esto es mi culpa.
-Hiccup
-¡Por mi culpa se separaron!- le grité- ¡Yo separé a mis papas! ¡Yo destruí a mi familia!
-No digas eso.
-Cuando tenía cinco años me di cuenta que mis papas ya no se hablaban mucho. Un día se olvidaron recogerme a la escuela y tuve que irme solo. Antes de abrir la puerta escuché como se gritaban... "¡Todo esto es culpa de Hiccup! ¡Si el jamás hubiera nacido tu y yo estaríamos bien!- me estaba abriendo con ella, le estaba contando mi mayor secreto a ella- Salí corriendo a un rincón del parque, era solo y feo pero así me sentía... ahí conocí a Chimuelo. Estaba asustado, sucio y solo. Después de mi cumpleaños me enteré que se iban a separar- me limpié mas lagrimas- No tenía amigos... no tengo amigos ahora... creía que Jack lo era, pero no- no le conté como nos conocimos- Pasamos toda la primaria y secundaria juntos incluso la preparatoria... el fue quien me animó a declararle a Astrid, ella me dijo que quería a un chico como Jack Frost, fuerte, guapo y seguro de si mismo. Salí corriendo de la escuela y al no fijarme me atropellaron, perdiendo mi pierna. Ese día me dispuse a cambiar. No lograría nada siendo un debilucho, ingenuo chico amante de la ciencia. Las chicas sólo
tenían ojos para los chicos guapos y sin cerebro. Y Jack me enseñó a ser el... pero nunca pude hacerlo bien.Miré a Mérida, quien estaba procesando toda la información, esperaba que ella no me cerrara los brazos y se alejara de mi.
-Yo maté a mi papá- ella me miró.
-No digas eso, fue un accidente.
-Me enojé con el... hubiera dejado que me atropellaran, así hubiera muerto yo y hubiera dejado de arruinar las cosas. Nadie sufriría por mi.
-Yo sufriría por ti. Yo si y tus padres también, Rapunzel igual.
-No- negué lentamente- Tu me hubieras superado con el paso del tiempo, tienes amigos y una linda familia. Tu lo superarías. Y mis padres solo llorarían por unas horas al igual que Rapunzel...
-¿Tu harías lo mismo si yo hubiera muerto?
-No tengo a nadie, Mérida. Eres mi familia, mi amiga, mi todo. Si tu te vas yo viviría sin mas, ni siquiera viviría porque tu eres mi motivo para vivir. Por eso no puedes irte, no puedes dejarme solo. Estoy cansado de decir que estoy bien, estoy cansado de sentirme un estorbo, estoy cansado de no dormir a tu lado- y volví a llorar- Te lo suplico, no me dejes solo, no lo soportaría.
-N-nunca Hiccup, a-aquí me voy a quedar- dijo con voz entrecortada. La abracé mas fuerte. Sentí gotas de lluvia caer en mi cabeza.
Sentía una inmensa paz, me había quitado un peso enorme que llevaba desde del cinco años.
-Nada de esto fue tu culpa. Ya no sigas cargando con esto. Habla con tu madre- hice una mueca- cuando estés listo.
Asentí.
Recargué mi cabeza en su hombro y los dos vimos la lluvia caer.
-¿Volvemos a hacer novios?- me preguntó Mérida, dejé de ver la lluvia para mirarla a ella.
-Claro que si, princesa.
-¿Puedo conocer al verdadero Hiccup Haddock?
-¿Al flacucho? ¿Amante de los animales? ¿Un nerd?
-Me gustan los nerds flacuchos amantes de los animales que saben patinar y tocar el piano.
Sonreí tímidamente.
-Tendrás que esperar hasta mañana.
-¿Porque?
-Porque Hiccup Haddock no se atrevería a hacer esto.
Me acerqué a ella y la besé. Había extrañando tanto su compañía, había extrañado el sabor de sus labios. La había extrañado mucho.
"Por favor princesa, no me dejes. Tu eres mi todo.
Posdata: Te amo"
ESTÁS LEYENDO
Mericcup: Daily of Hiccup
RomantiekCreo que es nuestra decisión como contar historias tristes. Por un lado, puedes suavisarlas y nada esta tan mal que no pueda arreglarse con una canción de Peter Gabriel. Esta versión me gusta tanto como a cualquier chica... pero no es la verdad. H...