Lexa Herman.
Lo logré, lo hice, lo acabo de lograr. Luego de dos semanas, y varios días sin dormir, pero lo logré, descubrí una de las más grandes pistas para este caso. Me atrevo a decir que es mi logro más grande a nivel laboral. Sonrío, no solo le voy a cerrar la boca a Alexander, sino que se la voy a todos. Debo agradecerle mucho a Dasha, gracias a ella pude conseguir muchas de estas informaciones y, aunque fue bastante difícil unirlas una con las otras, creo que al final valió la pena.
Salgo corriendo de mi oficina en dirección a la oficina de Jason. Voy evadiendo personas y literalmente estoy corriendo entre ellas por todo el pasillo como nena pequeña, me estoy ganando miradas de burlas, pero no me importa, necesito llegar lo más rápido posible. Llego a su oficina, toco desesperadamente y después del permiso paso.
— Jefe Jason — entro a su oficina — ¿tiene un minuto?
— Claro, pasa — me dice mientras recoge unos papeles.
— Bien, a lo que vine — digo tomando asiento delante de él — encontré algo, algo enorme.
— ¿Lo del caso del mafioso?
— Sí.
— ¿Aparte de lo que encontramos?
Asiento y sonrío muy emocionada.
— ¿En serio? — me sonríe y vuelvo y asiento — sabía que no me decepcionarías — busca su teléfono.
— Quiero que vaya la federación también.
Su rostro lo dice todo; al ver la seguridad que habita en mi voz, puede detectar que lo que acabo de encontrar es grande. Quizás no sea lo más grande, sin embargo, a como estamos de información. Sí, creo que es muy grande.
—Nos vemos a las quince en la sala de reuniones.
Asiento, vuelvo y salgo de su oficina a buscar lo que necesito para la nueva reunión.
Aunque él me dijo que lo vería quince minutos antes de la reunión, creo que la emoción y la ansiedad no me permito durar los quince minutos requeridos. Pero lo bueno fue que no duraron los quince minutos que dijo Jason, sino que unos minutos después todos los del caso comenzaron a reunirse.
Chelsea entra a la sala y me quedo mirándola unos segundos, no he tenido el tiempo de conversar con ella, pero sé que es la primera ministra. Ella casi no tiene que ver con mi trabajo, ella conversa más con Alexander, por lo que sé que ella es como su jefe directa así como él es el mío.
Luego llegan los que sí conozco, Harper Orson, que desde que me ven me dan una sonrisa y yo le respondo igual, Alexander, que siempre está con su rostro molesto, Mason, que me guiña el ojo, entre otras personas más. También entran los cinco hombres que conforman la federación. Sé que todos los presentes se miran el rostro, ya que solo se invita a la federación cuando la cosa es grande.
El jefe Jason, con su traje bien arreglado, no lo noté cuando entre a su oficina, creo que la emoción no me dejo ver nada.
— Buenos días, agentes —les dice a todos los presentes —, los junté aquí de emergencias, porque, como es de esperarse, nuestra brillante agente — me observa y me sonríe, a lo que yo respondo igual —, has descubierto algo sobre el caso.
— Pues siendo sincera — ahora yo intervengo — fue con ayuda de mis dos compañeras Harper y Orson — señalo a las dos personas que acabo de mencionar que sonríen como si se hubiera sacado el premio nobel — ellos me ayudaron en todo.
El jefe me da algunas palabras más para que yo siga con la reunión.
— Cabe destacar — comienza la reunión — que una de las razones de la que no encontramos a la persona que estamos buscando es porque Mishael no trafica droga sino armas.
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INDELEBLE
Novela JuvenilLexa Herman, tan solo con 24 años, tiene una carrera impecable en el FBI, lo que causó que en poco tiempo la ascendieran al último escalón de la fuerza policial, "Las Fuerzas Armadas" Muy emocionada por subir de nivel, se enfrenta a resolver casos...