Lexa Herman
Veo a Dasha a través del portal que refleja su imagen. No había hablado con ella desde el suceso en la mansión donde descubrí la verdad gracias a ella. Si no hubiera intervenido, creo que seguiría como una idiota con Alexander sin darme cuenta de que él era el criminal que estaba buscando y que se estaba burlando de mí en mi propio rostro.
Al fin admití todo. Nunca dije que básicamente tuviera algo con Alexander. No lo admitía porque es obvio; nunca llegamos a ser algo. Él nunca me lo pidió y luego me enteré de que estaba casado, y ahora esto. Creo que está en la manera del destino de decirme que quizás él no me conviene, que no deberíamos estar juntos.
— Sabía que esa mirada que él te dio el día que fui a tu oficina no era de compañeros de trabajo — murmura. Lo gracioso es que murmura lo suficientemente alto para que yo escuche — y te atreviste a negarlo cuando te lo pregunté.
Me río.
— Cuando me lo preguntaste, no estaba segura ni siquiera de lo que sentía. Y tampoco sabía si a él le interesaba yo.
— ¿Y cómo te sientes?
— ¿Sobre qué?
— Vamos, Lexa — gira los ojos —. No todos los días descubrimos que tu novio es un criminal, y creo que no es algo fácil de asimilar.
Aprieto los labios mientras hago una mueca.
— Él no era mi novio.
— Ah, claro, solo follaban, andaban, se celaban y se querían — cuenta con sus dedos —, pero claro, no eran novios.
Me río.
— Pues, si te soy sincera, ni siquiera lo sé — admito — no sé si estoy decepcionada, triste, asombrada, sorprendida o demonios — muevo la cabeza — Tengo muchas emociones encontradas.
— ¿Y sobre tu trabajo?
— No me preocupo. Mientras se ajusten nuevamente las fuerzas armadas, trabajaré en el ejército.
— ¿Qué pasó con ella?
— Pues están investigando a todas las personas que trabajan ahí — le explico — había más de trece personas que eran cómplices de Alexander, básicamente tienen a la policía a sus pies y ni lo sabíamos.
— Eso explica por qué era tan difícil seguirle la huella y que nadie encontrara nada. Si ellos mismos desde adentro se encargaban de borrarla.
Me puse a pensar muchas veces, entonces en esa misión donde nos infiltramos, ¿cómo Alexander hacía para que yo no me diera cuenta? Dios mío, iba investigando sobre una persona que básicamente estuvo a mi lado.
Y en mi cama.
— Pues nena, me voy a ir, tengo una reunión con papá, estaré en un nuevo caso con él.
Sí, recuerdo que el padre de Dasha es el jefe de las Fuerzas Armadas de Rusia. Quizás deba irme a Rusia. Podría tener un buen empleo. Estoy segura de que el papá de mi amiga me ayudaría.
— Gracias por escucharme, hablaremos después.
Cierro el computador por donde estábamos hablando. Tomo el teléfono y me sorprendo al encontrar un mensaje de mi padre diciéndome que me necesita hoy en el ejército. Así que me doy una ducha rápida para ir a mi antiguo, pero nuevo lugar de trabajo.
Entro al sitio donde se encuentra el ejército. Voy caminando despacio; por lo que me explicó mi padre en el mensaje, están en la sala de reuniones.
No sé qué quieren de mí. Pensé que querían verme hasta la próxima semana, cuando comenzara oficialmente mi trabajo. Mi corazón se detiene cuando un pensamiento ronda por mi cabeza. ¿Y si atraparon a Alexander? ¿Y quieren que yo lo reconozca o que declare? No estoy lista para eso. No estoy lista para verlo de nuevo, no tan rápido.
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INDELEBLE
Novela JuvenilLexa Herman, tan solo con 24 años, tiene una carrera impecable en el FBI, lo que causó que en poco tiempo la ascendieran al último escalón de la fuerza policial, "Las Fuerzas Armadas" Muy emocionada por subir de nivel, se enfrenta a resolver casos...