Tarareando canciones

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Maratón 1/3

*Narra Logan*

Parece que a Austin le gustaba tener mi puño en su cara, y por mí tampoco había problema, yo encantado le rolo toda la cara.

—¿Chicos?— habla la profesora— Salgan por favor, ya debo cerrar.

En cuanto salimos él comenzó a caminar lejos como si nada de lo anterior hubiese pasado, pero yo no había terminado con él, las cosas no se iban a quedar así.
Seguramente se acobardó en cuanto vio mis gesto de enojo y ahora quiere irse antes de que le desfigure toda la cara.

—¿A dónde cree que vas?— pregunto alterado— No he terminado.

—Pues yo si— responde tranquilamente sin mirar hacia atrás.

Corro hacia él y hago que gire con un jalón en su sudadera. Él me mira con recelo y estoy a punto de dar el primer golpe pero escucho mi nombre a lo lejos.
Me encuentro con mis amigos mirándome con preocupación.
Le reste importancia a su presencia y me dispuse a poner a Austin en su lugar antes de que quiera volver a escaparse.
Lo tomo fuertemente del cuello pero él quitas mis manos con brusquedad, lo que me enfierece más haciendo que lo empuje.
Siento una mano en mi hombro

—Hey, Logan— habla James— Tranquilo.

—No lo vale— aconseja Carlos.

¿Qué no lo vale? ¡Claro que lo vale! No hay nada mejor que poner la basura en su lugar.
Una pequeña parte de mí apoyaba lo que decían mis amigos, no quiero otro castigo cuando acabo de terminar con uno. Tampoco quiero problemas con (TN), seguramente él iba a ir a quejarse con ella si yo le hacía algo. Y no quería tener que volver a retroceder lo que he avanzado con (TN).

—Bien— gruñó dejando ir al idiota ese.

Juntos nos dirigimos a nuestro dormitorio, ya era algo tarde.
Me senté en mi cama y me di cuenta de que en todo el día no había cruzado palabra con (TN).
No podía estar tranquilo sin saber cómo está o sin escuchar mi nombre de sus dulces labios, tengo que verla aunque sea un momento.
Sin pensarlo por segunda vez, corro a su edificio a su encuentro. Pero cuando toco me abre Lucy y no ella.

—Logan Henderson— dice mirándome— ¿Buscas a (TN)?

Me mira con un gesto divertido, como burlándose de mi respiración agitada por correr.

—Pasaba por aquí y quería verla un rato.

—Casualmente— ríe y yo sonrío inocentemente— Pues lo siento, no esta aquí.

—¿Y no sabes dónde puede estar?

Ella piensa por algunos segundos y yo rezo porque se acuerde.

—Mencionó algo de "estar al aire libre".

¿Al aire libre? Sé perfectamente dónde puede estar.

—Gracias— digo y salgo corriendo de nuevo.

Sé que ese lugar es especial, sé que ella piensa en ese lugar tanto como yo. Yo también he regresado a revivir los recuerdos que ahí pasamos. No me sorprende verla justo dónde imaginé. Está sentada en aquella banca donde tiempo atrás nos dimos un beso.
Está cruzada de piernas, tiene una pequeña libreta de color rojo apoyada en una rodilla para escribir.
Decidí acercarme poco a poco, al estar más cerca, escucho como tararea una canción, tiene un rostro bastante bueno.

—Así que.. Tarareando canciones.

No voltea a verme enseguida pero estoy seguro de que está sonriendo pues reconoce mi voz.
Cuando me mira me regala una sonrisa radiante.

—Algo así— me dice— Aún no tengo la letra.

Me acerque un poco mas hasta sentarme en la banca junto a ella. Me da una gran curiosidad escuchar lo que ella ha escrito.

—Suena bastante bien— admití con entusiasmo y ella se ruboriza ligeramente.

Madre mía, como me encantaba cuando pasaba eso. Sus mejillas adoptaban un color tan adorable que me daba ganas de abrazarla cada vez que le sucedía.

—Te lo agradezco. Por ahora solo tengo la melodía, no se me ocurre nada para la letra— cierra su libreta con el bolígrafo en medio y la deja en la banca justo en medio de los dos.

—Estoy seguro de que algo se te ocurrirá— aseguro con una sonrisa— Quizás cuando la termines puedas dedicármela.

Ella ríe ante el comentario— Si, seguro.

*Narra (TN)*

Que ironía escucharlo. Porque jura mente cada vez que pensaba en algún tipo de lentes para mí canción él se colaba por mi mente rogando que fuese para él. Y yo no tenía ningún impedimento, quería desahogar todo lo que sentía, y que mejor forma que hacerlo en una canción.

—Perfecto, estaré ansioso de oírla— su mirada estaba fija en mis labios y yo sabía que podía pasar si seguía haciendo eso.

—Debo irme ya— me levanto del asiento pero mi tobillo se dobla en un mal paso y casi caigo al suelo.

Gracias al cielo sus reflejos son mucho mejores que los míos y de inmediato me atrapa entre sus brazos evitando que me de un buen golpe.
La vergüenza comenzó a reflejarse en mi rostro, sentí su calor cerca de mi cuerpo pues me seguía teniendo bien sujeta de la cadera.

—¿Estas bien?— me pregunta a pocos centímetros de mi boca y yo me limito asentir con la cabeza.

Si, claro que estoy bien. Solo estoy pasando demasiada vergüenza.

—Adoro cuando te ruborizas— sonríe coqueto y de acierto modo me hace sentir mejor.

—No lo creo— comentó recomponiéndome a su lado para no decir en esa posición tan peligrosa.

El parecía no ponerle importancia a el hecho de que tropecé y se encargaba de adularme a todo momento. No sabía si lo hacía para que yo me sintiera menos avergonzada o porque realmente no lo vio como la gran cosa.

—Ojalá no tuviéramos que esperar más— cambiase tema de la nada pero sé perfectamente a qué se refiere.

—¿Qué?— preguntó e todas formas haciéndome la tonta.

—No sabes cuantos días me la he pasado pensando en ti.

En cuanto lo escuchó el pulso se me acelera. Él tampoco sabe cuánto lo he soñado, cuánto he pensado él esos hoyuelos coquetos de su sonrisa.

—Cuánto quisiera poder hacerte feliz, (TN)— continúa, yo estoy sin palabras— Por favor permíteme estar a tu lado, quiero cuidarte, protegerte de todo.

Pone una rodilla en el césped tomándome por sorpresa. Su mirada está en el suelo pero en cuanto me mira, todo a mi alrededor desaparece en un instante.

—Se mi novia, (TN), permíteme hacerte feliz.

Me tienes en tus manos (Logan Henderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora