Me tienes en tus manos (Logan Henderson)

Tenemos que hablar

*Narra (TN)*

¿De verdad estaba hablándome a mí? ¿O quizás lo estaba imaginando todo? Si debe ser eso porque se supone que está molesto conmigo y yo con él. Me relajo e ignoro que se está dirigiendo hacia mí.

—Te estoy hablando— dice con un tono más serio lo cual hace que me enfade más.

—Ah, ¿es a mí?— respondo volteando un poco a verlo y señalándome con el dedo.

—¿A quién más?— pregunta pero en realidad es un reclamo.

Desde luego no me agrada ni un poco el tono y la goma en la que se dirige hacia mí, no sé lo voy a permitir.
Gracias al cielo cada alumno estaba en sus asuntos y no nos prestaban atención.

—Cuida tu tono conmigo— advierto y me pongo más seria y autoritaria.

—Tenemos que hablar— susurra esta vez pero es que esas palabras no las esperaba escuchar en este preciso momento— Vamos.

¿Estaba loco? Estamos en clases, no podemos salir como si nada y dejarlo todo.

—Ahora no, estamos en clases— me giro de nuevo dándole de nuevo la espalda, tomo mi lápiz y sigo escribiendo garabatos.

—¿Y eso qué?— dice con tono obvio y le levanta tomándome del brazo para sacarme con él.

Esta vez algunos alumnos nos voltean a ver y yo me suelto antes de que el profesor se de vuelta y no mire. No voy a salir ahora, no será cuando él quiera.

—Dije que no— replico pero no puedo volver a lo mío mientras esté parado frente a mí llamando la atención.

—No me hagas cargarte en mi hombro— amenaza y sería el colmo que hiciera algo así frente a todos. Llevo vestido, tremenda vergüenza qué pasaría si hiciera eso.

—Ni siquiera lo pienses— amenazo de igual forma el enarca una ceja y se agacha para levantarme— ¡No!

Esta vez todos nos miran anonadados incluyendo al profesor, quien se sube los lentes a la cabeza y se queda mirándonos.

—¿Deben ir a algún lado?— pregunta acercándose un poco.

—¡No!

—¡Si!

Gritamos al mismo tiempo confundiéndolo más, Logan me mira de nuevo y no tengo más que irme con él para que no hagamos más el ridiculo, ya ha sido suficiente. Ambos salimos y él me sostiene aún la muñeca, en cuanto estamos fuera en el pasillo me suelto con brusquedad y me cruzó de brazos.

—¡Estas demente!— le digo agitando las manos— ¿Como se te ocurre?

Él me ignora y se pasea por un lado de mí con la mano en el cabello, después se detiene y me mira exigente.

—Explícame de una buena vez lo que vi ayer— especula en el mismo tono amenazante pero mi orgullo me impide ceder mientras siga hablándome así.

—No te diré nada mientras sigas hablándome así— mi tono es relajado, no pienso ponerme a su nivel.

Está sacándome de quicio y sé que yo también a él, me doy cuenta de lo molesto que está pero yo también lo estoy y ninguno quiere ceder.