¿No?

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*Narra (TN)*

—Tienes un lindo nombre— me dijo.

—Tú también, Austin— él sonrió con timidez.

—Te lo agradezco, ¿te parece si te acompaño a tu habitación?— sugirió mientras se levantaba de la banca y yo imitaba su acción.

—Eso sería estupendo.

No quería perderme más, además de que quería hacer nuevos amigos y él parecía una muy linda persona. Creo que lo recordaría siempre como la primera persona que se acercó a mí en la Universidad.
Comenzamos a caminar.

—Es el edificio..— miró el mapa detenidamente.

–B— dijimos al mismo tiempo, lo que ocasionó que riéramos.

—Perfecto, vamos entonces.

Retomamos nuestro camino, platicar con él era muy natural, podía expresarme y sentía que él conmigo también. No es que tenga demasiada experiencia con chicos, me gusta tener muchos amigos pero Austin tenía un toque bastante amigable, ese tipo de persona que te hace sentir cómodo con cualquier tipo de conversación y siempre va a ser interesante. En ese poco tiempo caminando, hablamos al menos de cinco temas diferentes.
Quince minutos después ya habíamos llegado a nuestro destino.
Cuando llegué a la puerta de mi dormitorio, comencé a buscar mi llave pero no la encontraba por ningún lado, lo que me dio vergüenza ya que él esperaba a que yo entrara. Dios mío, acababan de darme esa bendita llave hace menos de una hora y yo ya la había extraviado.

—Lo siento, soy un desastre— me disculpe a lo que él sonrió dulcemente.

—No hay problema (TN).

—¡Aquí está!— dije con un entusiasmo quizás innecesario a lo que él rió nuevamente.

Dios mío, está haciendo el ridículo.

—Fue un gran gusto conocerte, (TN), espero verte pronto.

—De nuevo gracias por acompañarme.

—No hay de qué— dijo y se despidió con un gesto con la mano al cual yo respondí de la misma forma.

Metí la llave en la cerradura dispuesta a entrar a mi nueva habitación.
«Que sean agradables, que sean agradables por favor» Iba repitiendo en mi cabeza.
No quería imaginarme la probabilidad de que me detestaran y no quisieran tenerme en su dormitorio, sería una total pesadilla, peleas constantes y gritos diarios.
Al abrir completamente la puerta me encontré con un cuarto enrome, habían cuatro camas individuales, pero estas no parecías ser nada incómodas, todo lo contrario. Justo en la esquina había un pequeño juego de sala, con sillones de piel y una pequeña mesa de cristal en el centro. Frente a ella había una televisión grande sujeta a la pared, la adornaban pequeñas luce sitas de colores al rededor. Al lado derecho pude ver el baño, las paredes eran blancas y todo parecía perfectamente limpio. De inmediato pensé en lo increíble que sería vivir aquí, todo era hermoso, pero había nadie dentro. ¿Seré la primera aquí?
Mis dudas se esfuman cuando veo unas maletas en el suelo y debajo de las tres camas.
Seguí admirando todo el lugar hasta que unas voces me sacaron de mis pensamientos.

—Tú debes ser nuestra nueva compañera de habitación— me dijo una chica rubia— Soy Katelyn, me da mucho gusto conocerte.

Casi suprimo delante de ella gracias al alivio que me dio saber que le daba gusto conocerme, además de que su rostro me comprobaba que era amigable.

—Soy (TN) Blake, mucho gusto— me presenté— ¿Aún no llegan las otras chicas?

—Si, justo estaban..— fue interrumpida por dos chicas que entraron a la habitación.

Me tienes en tus manos (Logan Henderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora