31. Rhaenyra destronada.

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Ni el alivio que sintió la reina al ver a su hija, pudo hacer que dejara de llorar. Había perdido a otro hijo, su dragona compañera desde la cuna y su ciudad estaba hecha un caos, pero Rhaenyra no soltó el brazo de sus dos únicos hijos vivos por todo lo que resto de la noche hasta que cayó dormida.

Visenya había regresado a Desembarco del rey por mas provisiones y pensaba volver a irse rápidamente, pero tras el ataque a la ciudad y lo desprotegida que había quedado, decidió permanecer para calmar un poco la situación. Estaba segura que al día siguiente habrían hombres celebrando por sus cometidos y Visenya aprovecharía sus confesiones para ejecutarlos.

Por lo que al día siguiente mandó a llamar a sus ultimas capas doradas con vida y sin heridas. Eran realmente pocos, pero solo los enviaría de incognito a diferentes bares para que acabaran con la vida de todo aquél hombre que estuviera mofándose por lo ocurrido la noche anterior. Mientras los hombres recorrían la ciudad cubiertos de pies a cabeza, Visenya tuvo que sentarse en el consejo, siendo nombrada por su madre como mano de la reina, ahora que no había ninguna. Fue ella la que quedó a cargo de diferentes decisiones importantes como desde lo que se haría con los impuestos hasta planear la siguiente estrategia de guerra.

Sin embargo ella todavía tenía la misión de acabar con los dragones del bando enemigo, puesto que ahora también sus fuerzas habían desvanecido. Por lo que aunque quisiera, Visenya no podía quedarse mucho tiempo. Tuvo que marcharse al día siguiente, pensando que las cosas dentro de la fortaleza irían bien.

Sin embargo la mayoría de personas no se sentían cómodas en la fortaleza sin Visenya ahí, pero igual era mejor que se marchase a la batalla pues así tendrían mas chances de ganar, por lo que comenzaron a planear una huida a Rocadragón, cosa con la que Visenya no estaba convencida, pero sabía que Desembarco del rey había quedado totalmente expuesto y sin protección alguna. También se le convenció al decirle que Rhaenyra había enviado una carta a Daemon para que regresara a Desembarco del rey, así que Visenya pensaba que él regresaría y ayudaría a defender la fortaleza. Lo que nadie en la fortaleza sabía era sobre la muerte del príncipe canalla al asesinar al príncipe tuerto.

La pérdida de su dragón y su hijo dejaron a Rhaenyra Targaryen descompuesta e inconsolable, al principió se negó a dejar ir a su hija, pero era imposible evitarlo. Asistida tan solo por el bufón, se retiró a su cámara mientras sus consejeros conferenciaban. Desembarco del Rey estaba perdida, en ello todos coincidían; debían abandonar la ciudad. Con reticencia, su alteza se dejó persuadir para partir al alba. Dado que la Puerta del Lodazal estaba en manos del enemigo y que todas las naves de la orilla estaba quemadas o zozobradas, Rhaenyra y un pequeño grupo de seguidores salieron a hurtadillas por la Puerta del Dragón con intención de remontar la costa hasta el Valle Oscuro.

Visenya le prometió a su madre que iría a asesinar a los otros dragones y la alcanzaría en Rocadragón, sin embargo todos estaban preocupados por Visenya. Su vientre no lucía un embarazo avanzado, pero era la armadura que lo ocultaba. Visenya estaba por cumplir las siete lunas y a todos les preocupaba que Visenya siguiera en guerra en su estado actual. Pero Visenya era terca y se negaba a encerrarse y no hacer nada.

Con ella marchaban los hermanos Manderly, cuatro supervivientes de la Guardia Real, ser Balon Byrch con veinte capas doradas, cuatro damas de compañía de la soberana y su último hijo varón superviviente, Aegon el Menor. Champiñón se quedó, así como otros cortesanos; entre ellos, lady Miseria y el septón Eustace. Ser Garth el Leporino, capitán de los capas doradas recibió el encargo defender el alcázar, una tarea para la cual demostró tener poco apetito.

Su alteza no llevaba fuera ni medio día cuando ser Perkin a Pulga y sus Caballeros del Arroyo aparecieron frente a las puertas y exigieron la rendición del castillo. Aunque se encontraba en la inferioridad numérica de diez a uno, la guarnición de la reina podría haber resistido, pero ser Garth decidió que resultaba más conveniente arriar los pendones de Rhaenyra, abrir las puertas y confiar en la misericordia del enemigo.

La Reina Dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora