34. Visenya Targaryen.

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Balerion se vio forzado a detenerse mucho antes de haber llegado a Rocadragón, en un bosque solitario y lejano a cualquier hombre que pudiera estar combatiendo. Balerion tuvo que aterrizar tras escuchar gritos de su jinete quien yacía en la apestosa y caliente boca de su dragón. Apenas logrando colocarse de pie, Visenya salió de la boca de Balerion mientras seguía recargándose en él y gritando del dolor mientras se sostenía su vientre.

Visenya Targaryen estaba en medio del bosque, alejada de todo y todos, y la noche se cernía sobre ella como una sombra oscura. Ya había pasado mucho tiempo desde que su fuente se rompió y las contracciones se estaban haciendo cada vez más fuertes. Sabía que no tendría tiempo para llegar a ningún lado y tendría que dar a luz allí mismo, en medio de la naturaleza.

Con cada oleada de dolor, Visenya se aferraba al suelo, respirando profundamente y recordándose a sí misma que ella era una Targaryen, una mujer de sangre de dragón. Su única compañía y protección en ese lugar era Balerion, su dragón. Él estaba a su lado, vigilante y protector, mientras ella sufría los dolores del parto. Visenya intentó mantener la calma mientras sus contracciones se volvían más intensas. Sabía que debía dar a luz allí mismo.

Fue una noche larga y difícil. El dolor se intensificaba cada vez más y no había nadie alrededor para ayudarla. Pero ella resistió valientemente, concentrándose en su respiración y en su bebé que pronto llegaría al mundo. Visenya se había metido debajo de la ala de su dragón quien se mantenía alerta por lo expuesta que se encontraba la princesa en aquél lugar. Como pudo se quitó la armadura y colocó una ligera capa que usaba como decoración para recibir a su bebé.

Dejando el lugar manchado de sangre, lagrimas y sudor, la princesa seguía en labor de parto. Finalmente, después de horas de duro trabajo, el bebé lloró por primera vez. Visenya lo sostuvo en sus brazos, agotada pero feliz, sabiendo que todo había salido bien. Abrazó al bebé envuelto en su capa ya manchada de sangre y lo puso en su pecho. Ella sabía que podía contar con Balerion, que protegía y vigilaba el área, permitiéndole concentrarse en el aquél momento.

Agradecida por la compañía de Balerion, que había sido su protector y guardián durante todo el proceso, ella suspiró aliviada, sintiendo una gran sensación de alborozo por la llegada de su hijo. Un niño grande y fuerte de cabellos oscuros como su padre, pero ojos violeta como los de su madre. Después de un tiempo para descansar y recuperarse un poco, Visenya sabía que tenía que levantarse y continuar su camino. Con lágrimas en los ojos y una cálida sonrisa en el rostro, agradeció a Balerion por su compañía y protección.

Sin embargo, no podía levantarse. Estaba mareada y agotada, llena de escalofríos y una intensa fiebre que comenzaba a subir por todo su cuerpo. Acarició a Balerion con las últimas fuerzas que le quedaban. Solo necesitaba descansar un poco antes de tener que partir. La Targaryen se tomó su tiempo para descansar después del nacimiento, ya que su cuerpo estaba muy agotado. 

Visenya perdió la noción del tiempo, sin saber exactamente cuando tiempo estuvo dormida, pues ni la luz del sol la molestaba gracias a la ala de Balerion que los cubría completamente. Abrió los ojos lentamente al sentir a su bebé prendado a su pecho mientras se alimentaba, como pudo, intentó vestirse de nuevo. Se sentía mucho peor que la última vez que había estado consciente. 

Al lograr levantarse, tambaleaba. Lo único que la mantenía de pie era su dragón, ya que se sostenía de él. Después de dar a luz a su hijo en el bosque, Visenya Targaryen se dio cuenta de que algo no estaba bien. La debilidad comenzó a invadirla, y su cuerpo se volvió cada vez más frágil. Estaba sola en medio del bosque, lejos de cualquier ayuda médica. La preocupación se apoderó de ella, pero su determinación y valentía no se desvanecieron. Visenya sabía que debía actuar rápidamente si quería sobrevivir. A pesar de su debilidad, se levantó con esfuerzo y tomó a su hijo en brazos. 

La Reina Dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora