𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒 -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-

0.6

Anteriormente.

-Ya cállense -murmuró Vee. Me limité a esperar a que correspondiera mi despedida -. Adiós, Tom.

Y colgó. Solo un, ¿Adiós, Tom?

Bueno, ¿qué iba a esperar? ¿Un <<Adiós, amor mío, espero con ansias el día de nuestra boda>>? Pues está claro que eso no me va a llegar pronto.

° × °

Tom.

Solté un suspiro mientras qué aún mantenía mis ojos fijos en la salida abierta del bar.

-¿Tú bailas? -Bill llegó a mi lado de un momento a otro. Me sobresalté, a lo qué él me miró con humor.

-Sí.

-¿Desde cuando? -alzó una de sus cejas.

Él tiene razón. Yo no bailo, pero era una oportunidad qué yo, claramente, no iba a desaprovechar.

-Desde... Hace mucho, ¿acaso no me conoces? Me ofendes. -coloqué una mano en mi pecho de forma dramática. Tal vez así mis palabras le entren por un oído y ahí se le queden, adheridos con cola loka.

Claramente no es así. Bill es él único que me conoce mejor qué nadie en este mundo, bueno, es mi gemelo, incluso hemos sido captados haciendo movimientos exactamente iguales. No me sorprende que sepa cuándo le estoy mintiendo.

-Te conozco lo suficiente para saber que tú -me golpeó con su dedo índice en el pecho -no bailas con ninguna chica.

-Cállate y mejor vámonos. No quiero seguir aquí.

Una vez que Venus salió por la puerta, no le vi ningún otro sentido a quedarme aquí sentado con cara de tarado.

-Qué raro, -por un momento creí que había sido sarcasmo, pero de verdad se había quedado pensando. Voltee a verlo -hoy no he conocido a la rubia bonita con la que te acostarás.

-Hoy no habrá rubia bonita con la cuál tener sexo.

-No me digas -empecé a caminar con mi hermano detrás de mi, ambos esquivando gente -, apenas conociste a Vee y ya eres un hombre totalmente renovado. Estoy impactado -la ironía qué resbalaba en sus palabras era bastante notoria.

-Sólo vamonos, Bill.

-¡Yo no quiero irme! ¡Aún no pruebo los nachos que hay aquí!

-¡No va haber nachos!

Dentro de la camioneta, miraba a Bill fijamente frente a mí, tragándose cada tortilla con guacamole, picante, y algo llamado, ¿friles? ¿Frito? ¿Frij... ¡Frijoles!
Él también me regresaba la mirada de vez en cuando, muy feliz de la vida.

-¿Seguro no quieres? -me acercó su plato a la cara con una sonrisa visible hasta el inicio y fin de la muralla China.

-No.

-¿Segurísimo?

-Sí.

-¿Pero de ver-

-¡Bien! Dame uno.

° × °

Venus.

-Deberíamos hacer colaboración con ellos. -comentó Debbie recargando su hombro con el mío.

-¿Con quiénes? -voltee a verla irradiando en curiosidad.

Parece ser que tengo poderes telepáticos, o es que la respuesta era bastante obvia, pero le digo...