21.

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Anteriormente.

No te diré el nombre, pero sí que voy a joderla. De pies a cabeza.

° × °

Bill.

Tom se va echando humo por las orejas, y es qué jamás lo había visto tan furioso cómo lo está ahora. Incluso la cara se le puso roja y me habría reído de él si no fuera por dos cosas.

1. Venus me está mirando con ojitos de perrito callejero que acaba de ser maltratado por la peor persona del mundo.

2. Porqué Tom dijo la palabra Joderla.

¿Es mujer? ¿Va ir a partirle la cara a una mujer? Eso nos va a meter en aún más problemas. No es que quiera infravalorar las peleas entre hombres, no, son igual de graves, pero qué un hombre golpee a una mujer, apesar de que está haya golpeado primero, no es bien visto. Jamás. Nunca. Y Tom nunca se ha atrevido a levantarle la mano a una, y más vale que siga así. No quiero que tenga problemas graves después. Aquello no solo lo perjudica a él, si no a toda la banda. Y no sé, tal vez a Sex With Girls también.

Miré a Vee, quién tenía los mejillas y nariz roja de tanto que había llorado, y bueno, yo no me quedo atrás, pues también he soltado un par de lágrimas. Soy muy sensible, ¿bien? Ya les digo que lloré con la película de Matilda por verla tan feliz a un lado de la Maestra Miel. También lloré con Bambi, The Notebook, El Titanic, Monster Inc, La Vida Es Bella, y bueno, la lista es larga.

Así qué, lo siguiente qué hice fue tomar el plato de galletas qué estaba reposando en la mesa con mantel azul, dejarla en el suelo, y sentarme a un lado de Venus mientras arrastraba la comida conmigo. Tambien tomé un platito con queso amarillo y palillos.

—¿Quieres hablar? —pregunte con voz suave y reconfortante. Noté qué Venus parecía querer decir que no, pero al fin de cuentas cedió.

—Preparate, Bill, porqué está historia comienza desde el dos mil tres. Será largo.

—Mientras te desahogues, yo estoy dispuesto a escuchar —le dediqué mi mejor sonrisa,y como era de esperarse, me la correspondió.

Y así nos la pasamos, yo comía galletas y queso, mientras que Vee me contaba cada detalle de su vida. A veces escuchaba los pasos acelerados de los de la banda, de aquí para allá, tal vez intentando encontrarnos, o arreglando todo para poder irnos. No me importó, creo que no escogimos un lugar muy complicado dónde escondernos, así qué, probablemente estaban solucionando todo lo ocurrido.

° × °

Tom.

Si mi memoria no fallaba, y claro que eso no iba a ocurrir, Olive seguía viviendo en la misma repugnante casa de niña rica y mimada. Grande, de paredes blancas y jardines bonitos. Un día me comentó qué cuando cumpliera los diecinueve, iba a  rentar una casa en el mismo vecindario que la de sus padres, pero qué en este viviría sola para poder probar su "independencia". Bueno, hace dos meses que cumplió los diecinueve, así qué si ella cumplió lo que me dijo aquel entonces, sería mucho más fácil agarrarla estando a solas.

Está claro que no tengo ningún plan armado, así qué tocó improvisar. Voy a llegar, le diré sus verdades a la cara y no bajaré la guardia ni un solo segundo, pues no confío en Olive.

Después de cinco minutos me detuve frente a unas grandes rejas negras con decoraciones doradas. Y desde aquí sentí unas inmensas ganas de vomitar por volver a estar aquí. Respiré todo el aire qué mis pulmones pudieran contener, lo contuve y avancé un poco más con el auto. El vigilante del fraccionamiento salió de la caseta a un lado de la entrada, bajé mi ventana y sonreí.

𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒  -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora