17.

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Anteriormente.

Tal vez es hora de admitir qué...

Tengo una enfermedad y qué necesito ir de urgencia al médico. Adiós.

° × °

Tom.

Paso dos, invitarla a una cita, completado.
Ahora se viene lo bueno. Planee minuciosamente cada parte de la cita durante casi toda la noche. Iremos a un parque de diversiones no muy lejos de aquí, porqué he descubierto lo mucho qué le gustan esos lugares, nos subiremos a juegos juntos, ganaré premios para ella, y me luciré absolutamente en todo lo que haga. Después nos va a dar hambre, y es ahí dónde la llevaré a comer, sé lo mucho qué le preocupa su alimentación, así que he elegido un buen lugar de pastas, ensaladas y carnes, muy equilibrado todo. Después de eso, gracias a un contacto mío, me he enterado de un autocinema que reproduce películas de terror una vez a la semana, justo es hoy ese día. El Sexto Sentido fue la elegida para esta noche. Probablemente ella termine temblando de miedo, y es ahí dónde yo me acercaré a ella para abrazarla y protegerla, aunque yo también me esté cagando en los pantalones.

Voy a ser honesto con ustedes... Yo quería ser romántico y besar a Venus en la rueda de la fortuna, pero el sabio y al parecer muy informado Gustav, me dijo qué era muy pronto, y qué la parecer eso no se hace en la primera cita. No sé cómo sabe todo eso, si él está más solo que la araña escondida en el rincón de tú cuarto. O tal vez son las series y películas románticas qué se pone a ver cuándo está aburrido. Sí, probablemente sea eso.

En fin, ahora mismo estoy intentando controlar mis nervios, porque cómo siga así, creo qué le terminaré reventando una vena a Bill y Gustav capas va y se lanza por la ventana –Georg no esta con nosotros porque él muy cabrón dijo qué como no era asunto suyo, qué no lo metiera–. Ambos me miraban sentados desde mi cama con un rostro expresando frustración e impaciencia.

Jamás había experimentado tales emociones, mi corazón estaba a nada de sufrir un colapso, y mi mente reproducía un millón de escenarios falsos dónde me puedo ver yo mismo fracasando rotundamente en la cita con Vee.

Me había cambiado la playera cinco veces, los pantalones tres y ya era la segunda que cambiaba la gorra.

No sé porque estoy así, nunca me ha ido tan mal con alguna chica, bueno, la cita con mi anterior "conquista", resultó terrible porqué yo fui un idiota. Eso es algo qué no va a volver a ocurrir.

—¿A qué hora quedaron? —preguntó mi hermano una vez que notó mis nervios bajaron notablemente.

Me quedé inmóvil. En la nota que le dejé no había acordado hora.

Idiota, idiota, idiota.

Mantuve mi vista fija en Bill con una mueca en los labios. Parece ser que él entendió perfectamente lo que quise decir, porqué golpeó su frente y negó con la cabeza.

—¿No acordaste hora? —alzó una de sus cejas y eso hizo hacerme sentir más estúpido. —¿Cómo pudiste olvidarlo?

—¡No lo sé! Supongo que fue por lo rápido que hice la nota, no pensé mucho. Ella tampoco me preguntó —me encogí de hombros.

Comencé a caminar por toda mi habitación, el horario era algo tan básico y a mi se me olvidó por completo.
Escuché el suspiro de Gustav, y el murmuro de Bill, lo último que escuché fue un imbécil. Sí, ya lo sé, hermanito, no me lo recuerdes.

—Yo iré a aclararle la hora —Bill miró la hora desde su teléfono. Las 12:50pm. —¿Qué te parece a la una y media?

¿Les mencioné lo mucho qué amo a Bill?

𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒  -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora