31.

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Anteriormente.

Tenía un extraño sabor a chocolate, y aunque no fuera muy fan de eso, en ella no me importaba, porque de igual forma sus labios eran adictivos y emocionantes. Me sabían a mil placeres y no quería despegarme de ellos ni un segundo. Una mierda que el oxígeno se priva de tus pulmones a la hora de besar, porque si no fuera así, yo podría pasar horas descubriendo nuevos sabores en los labios de Vee.

° × °

Venus.

—¡Mi novia es Venus Morales!

—No, basta, te escucharán todos.

—¿Y qué? Que escuchen, todos tienen que saberlo.

Me reí ante eso, mientras con mis dedos atrapaba el collar colgando desde su cuello, lo admiraba y jugaba con el cómo si fuera lo más entretenido.
Negué con mi cabeza y le dediqué la sonrisa más juguetona que encontré.

—En realidad, nadie ha preguntado nada, así qué no somos pareja oficial —recalqué. Él me miró entre extrañado y confuso.

—¿Quieres qué pregunte? —cuestionó con humor. Sonreí un poco y con mi dedo índice comencé a trazar un corazón en su pecho desnudo. Tom me miraba atento.

—O puedo hacerlo yo.

—Los dos podemos hacerlo —aseguró, a lo que yo sonreí. Pronto comencé a delinear con mi dedo sus labios y ese piercing que tanto adoraba.

—Yo primero —vi cómo asentía. Carraspee y me erguí un poco en mi lugar. Ambos estábamos en mi cama, aún con el efecto del brownie un poco en mi sistema, pero ya no lo sentía cómo antes. Ahora solo era felicidad y paz lo que experimentaba.

Tom estaba sin camisa, simplemente su piel en contacto con la mía, brindando calor a mi ser. Tenía las rastas sujetas con una liga; no había gorra y su rostro tenuemente iluminado por el brillo de la luna y la lámpara a lado de nosotros, le daba una imagen imposible de olvidar.
Yo seguía en ropa interior, pero estar con él era tanta seguridad, que de verdad no me importaba. Nada lo hacía en este momento.

—Tom Kaulitz —él sonrió ante mi tono soberbio y elegante —, ¿usted podría concederme el increíble honor de ser mi novio? —soltó pequeñas risas y yo reaccioné golpeándolo ligeramente en el brazo —¡No te rías! Es la primera vez que hago esto.

—Lo siento, es qué... —rió aún más. Rodé los ojos con frustración, y esperé a que terminara de carcajearse, cuándo no lo hizo me aleje un poco de él, dispuesta a levantarme de la cama. Tomó mi brazo para que me mantuviera cerca —No, no, espera. Sabes que diré que sí.

Me quedé callada, intentando no sonreír, pero cuando comenzó a pasear sus dedos por mi cintura y abdomen, me fue casi imposible no soltar pequeñas risas ante el tacto acalorado de él.

—Genial. —susurré con una punzada de nervios en mi estómago —Ahora es tú turno.

Escuché cómo carraspeaba y se sentaba para poder quedar frente a mí. Lo miré expectante, esperando algo de su parte; pasaron cinco segundos y ahí fue cuándo su mano se apoderó de la mía.

—Tú tampoco habías hecho antes, ¿o si? —lo desafié un poco con la mirada, pero él ni siquiera me volteó a ver. Mantuvo su vista fija en nuestras manos unidas.

—¿De qué hablas? He tenido muchas novias, de verdad.

Solté un resoplido y ahí fue cuando me miró.

—No, nunca lo había hecho —confesó —. Usualmente las beso y al día siguiente me tratan de su novio. —se encogió de hombros y siguió pensando muy profundamente en sus palabras.

𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒  -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora