𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒 -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-

40.

Anteriormente.

Parecía ser simpática.
Además, de que Olive es un nombre bonito.

¿Por qué será que Tom no la saluda?

° × °

Venus.

—¡Qué bonita sorpresa! —exclamó la tal Olive, viniendo a nosotros con emoción. Me ignoró por completo y abrazó a Tom, quién la empujó tan rápido cómo sus brazos rodearon su cuello.

¿Ahora qué? Me quedé parada cómo idiota, asimilando la situación. Soy lenta para esto, ¿bien? Alguien podría estar quitándome el novio, y no me daría cuenta hasta que ambos estuvieran casados y con tres hijos a mis espaldas.

Aunque noté que Tom tenía la mueca de asco más notoria que jamás he visto; por lo que fue inevitable no echarme a ríer a discreción, mientras que él me gritaba con la mirada que lo salvara.

Me encogí de hombros y sonreí burlonamente ante su actitud.

—Creo que el Destino nos quiere ver juntos, eh —la rubia codeó un poco su estómago y Tom la quemó con la mirada, literalmente Olive estaría hecha cenizas si así fuera.

—Ojalá qué no —murmuró él.

Y otra vez, me reí. No sabía lo que pasaba, pero me daba risa ver la cara de Tom ante el momento, el pobre parecía querer huír de... No sé quién, por cierto.

Noté que la chica por fin se había separado de él, rendida ante cómo estaba actuando Tom. Sus ojos dieron con los míos y me analizó completa, de arriba a bajo; está claro que mi outfit era una porquería aún lado del de ella, así qué me puse a jugar con mi cabello nerviosamente ante su escalofriante mirada.

—Dos poderosos guitarristas frente a mí. —me sonrió y se acercó a mí. Voy a admitir que estoy un poco intimidada, así qué retrocedí un poco. Poquito no' más —Soy Olive Wagner.

Cuándo dijo su nombre, no pude evitar carcajear de forma burlona, y ella, muy ofendida -cabe aclarar-, me miró de forma despectiva, alzando las cejas con irritación.

—Lo siento, es qué... —volví a reír, mientras que Tom atrás de mí me veía con una sonrisa discreta -Tienes el apellidos de... Perdón, de verdad, no es que como qué... —mi risa se fue apagando conforme notaba lo enojada que estaba. Hasta que cesó por completo y trague saliva nerviosamente —Los apellidos no se repitan, ¿cierto? —carraspee de manera incómoda. De verdad que no le vio la gracia —Perdón. —acepté su mano, que sorpresivamente seguía extendida y hablé —Soy Venus Morales.

—Lo sé, linda -me dijo con un rostro neutral. Denle un Snicker para que se le pase lo amargada.

Tom tomó mi mano para poder apartarme de la misteriosa rubia, Olive Wagner.
Ahora conozco a dos Wagner, que curioso.

Miré al chico detrás de mi; parecía estar a la defensiva desde que ella apareció y eso me confundía un poco.

—Mejor vámonos. —susurró Tom en mi oído. Fruncí el ceño ante eso, pero finalmente asentí —Bueno, no fue un placer verte, Olive. —habló en voz alta. La rubia se caminó un poco hacia nosotros.

—¿Qué? —detuve mi andar, mirando a Olive —¿Se van tan rápido? ¿No quieren entrar a la fiesta? —señaló la discoteca frente a nosotros. Todas las personas que esperaban afuera ya ni siquiera estaban formadas; habían logrado entrar al lugal. —Será divertido.

—No creo tener la ropa para una fiesta —admiré mi aspecto por unos segundos, haciendo una mueca con mis labios.

—Está claro qué no —opinó Olive, acomodando su cabello dorado en el proceso.
Sus ojos demostraban cierta superioridad, lo que me hacía un poco de gracia, para ser honesta. Haber si se le quita el gesto cuando se rompa una pierna por esos zapatos tan peligrosos que lleva —Pero no te preocupes, la fiesta es de disfraces y máscaras, el lugar te lo presta. Nadie se dará cuata de tú ropa.