𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒 -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-

14.

Anteriormente.

Necesito un tiempo para asimilarlo todo. Aunque tampoco mi sorpresa es tan grande, digo, Soy Vee, ¿quién no está obsesionado conmigo?

° × °

Tom.

Aquí voy.

En camino.

Ahorita le llego.

Sip, nada más...

—¡Tom! —me sobresalté al esuchar el susurro alto de Gustav a mi lado. —¿Qué demonios estás esperando?

—Es qué... —lo miré a él con ojo de cachorro abandonado, luego miré a Venus, otra vez a Gustav, Venus, Gustav, hasta qué el último nombrado me tomó por los hombros y me dio una sacudida que espero haya acomodado todas mis neuronas.

—Escúchame bien, —me señaló con su dedo. —¿Sabes quién eres?

Lo miró con el entrecejo fruncido, ¿a qué quería llegar con eso?

—Supongo que sí.

—¿Cómo te llamas? —cuestionó con su mirada fija en mis ojos.

—Tom Kaulitz Trümper —respondí, sintiendo que Gustav imponía más fuerza en su agarre sobre mis hombros.

—¡Exacto! Eres Tom Kaulitz, menciona a tan solo una chica qué te haya rechazado.

Me quedé callado pensando, recordé que hubo une bellísima mujer pelinegra de ojos verdes, con quién hice mi más ferviente coqueteo, acto qué ella no correspondía, hasta que llegó su novia por detrás... Era lesbiana. No voy a mencionar eso, porqué estoy seguro que eso no es lo que Gustav quiere qué responda.

—No existe —esto es lo que él quiere escuchar. Le mostré mi sonrisa más orgullosa. Porqué mientras que la chica sea heterosexual, todas siempre terminan cediendo.

—Entonces ve —me dio media vuelta y un leve empujón para que yo comenzara a caminar —y pídele esa cita.

Yo no sé nada de citas. Nada de nada. ¿A dónde la invito? ¿Qué es lo que ella quiere hacer? ¿Qué es lo qué le gusta? Carajo... Tal vez debí planear eso primero. Pensemos con claridad, la última vez que entré a su cuarto noté qué tiene peluches, pósteres de música, patinetas, guitarras, un perchero con ropa divertida, -así como sombreros graciosos, bufandas de plumas y sacos gigantes- fotografías de ella por todas partes en un parque de diversiones...

¡Bingo!

Le gustan los disfraces, tomar fotografías y los parque de diversiones. Anotado.

Antes de poder seguir pensando, me percaté de qué ya estaba frente a ella. Frente a Venus. Me miraba confusa, esperando a qué soltara palabras del porqué mi acercamiento repentino hacia su persona. Voltee a ver a Gustav, quién me alzó los pulgares cómo motivación.

No puedo perder la confianza ahora, no justo cuándo más la necesito.

Me olvidé de cualquier pensamiento que pueda reflejar inseguridad, y le mostré una sonrisa ladina, jugando con mi piercing del labio, más por coquetear, era por nervios.

—Hola, preciosa.

Venus alzó las comisuras de sus labios al escuchar mi saludo, lo que me hizo entrar en confianza absoluta.

—Hey, Tom —saludó, estaba sentada en un tocador con luces brillantes decorando el marco. Parecía estarse maquillando alegremente, mi pregunta es, ¿por qué? O ¿para qué? —, ya qué estás aquí, ¿me dices qué labial queda mejor con mi tono de piel y maquillaje?