𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒 -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-

39.

Anteriormente.

—Por favor, June. Dejame hablarle. Dejame verla. Dejame hacer algo, te lo ruego.

° × °

Venus.

Escuchaba mucho ruido proveniente del piso de abajo. Algunos golpes, empujones, y murmullos desesperados. Claro que eso captó mi atención por completo, así qué me levanté de mi cama con el ceño fruncido y salí de mi habitación.

—¿Beca? —bajé las escaleras lentamente, mirando si había alguien desconocido dentro de la casa. Para este punto me arrepentí de no haber traído conmigo lo más peligroso de mi cuarto, así lo usaba de arma. —¿June? ¿Debbie?

—¡Regresa a tú cuarto! —escuché la voz de la pelirroja, pero no la veía a ella —¡Ahora voy!

—¿Todo en orden?

—¡Ven-

Me detuve ante ese pequeño grito incompleto. No sé escuchaba a que fuera si quiera de mujer, pero sí se oía desesperado. Miré para todos lados, buscando a alguna de las chicas, hasta que apareció June desde la puerta de entrada.

—Venus... —me tomó por los hombros y me dió media vuelta —Ya vete, aquí no pasa nada.

—¿Eh?

June reía de forma nerviosa, así qué planté mis pies en el suelo con tal de qué no me pudiera mover, y me limité a intentar quitarla de encima.

—¿Qué ocurre, June? —me giré sobre mis talones y me aparte de ella, haciendo qué casi caiga de boca contra el suelo, por suerte, sigue de pie y lanzándome una mirada de lástima.

—Es qué...

—¿¡Qué?!

—Él está aquí.

—¿Qui-

La puerta se azotó contra la pared haciendo qué miré en esa dirección con preocupación. June se apartó de mí y mordió su labio inferior con lo que pareció ser pena.
Escuché pasos rápidos y una presencia casi me hace caer al suelo por la sorpresa. Miré a Beca, me dedicó una disculpa con tan solo la mirada; y volví a posar mis ojos aguados en el guitarrista alemán frente a mí.

Tom estaba aquí. Frente a mí, con sus ojos apagados y sus labios temblando.

—Venus...

Ni siquiera dejé que siguiera hablando, pues no estaba segura de qué pudiera soportarlo. Me voltee a gran velocidad y salí corriendo con dirección a mi alcoba, dónde una vez que llegué, cerré la puerta con seguro, cayendo al suelo con el llanto formándose en mis ojos.

Creo que escuché cómo gritaba mi nombre un par de veces y luego el correr de él, pero ya no supe a donde se dirigía. Por lo que suspiré de alivio.

—Oh, carajo. —me limpié las lágrimas del rostro, me levanté del suelo y me puse a caminar por todo el cuarto —Carajo, carajo, carajo.

Después de segundos decidí abrir un poco la puerta solo para verificar si Tom seguía dentro de casa.
No escuché nada sospechoso, excepto el caer de algo y un murmullo de dolor... Muy cerca de donde yo estaba.

—Auch...

Me giré de manera sobrehumana y lo ví, de nuevo. Estaba entrando por la ventana y había tropezado a la hora de cruzar el marco, por lo que se encontraba en el suelo, quejándose del dolor. Quedé completamente inmóvil, mirando cómo se levantaba y se miraba el brazo con una mueca de inconformidad; tenía un rasguño un poco preocupante de tal vez seis centímetros. Y ahí fue cuando me acordé que debí haber solucionado lo del clavo suelto, por si al muy tarado se le ocurría entrar por la ventana.