𝐒𝐄𝐗 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐆𝐈𝐑𝐋𝐒 -ᴛᴏᴍ ᴋᴀᴜʟɪᴛᴢ-

22.

Anteriormente.

—No lo harás. Tengo los dones de cupido en mis manos, estudié para esto mirando cada película romántica que encontré en Youtube, tú confía en mí —le guiñé un ojo y Bill solamente rió, y bueno, yo me reí con él, apesar de qué estaba hablando muy en serio.

Muy en serio.

° × °

Venus.

La música estaba a todo volumen, probablemente nos metan tres demandas por extremo ruido, y tal vez a Debbie ya le esté explotando la cabeza por el estrés. Pero valía la pena cuando se trataba del poderosísimo Jon Bon Jovi.

—¡It's My life!

—¡It's now or never!

Y bueno, Bill tampoco me sugirió bajar el volumen. Cuando él terminó de ponerme una extraña mascarilla color verde vómito, y de hacerme un raro peinado de dos coletas altas, nos pusimos a cantar a todo volumen una de las mejores canciones de toda la puta vida humana.

—¡But I ain't gonne a live forever!

—¡I justo want to live while I'm alive!

—¡It's My life!

—¡My heart is like an open highway!

—¡Like Frankie said, "I did it my way"!

—¡I just want to live while I'm alive!

—¡It's my life! —cantamos ambos a uni-sonido, antes de qué las risas nos alcanzarán y ambos cayeramos muertos por las carcajadas al suelo.

—Bonita presentación —escuché la voz de alguien desde la entrada de mi habitación, voltee rápidamente, encontrándome con Tom. Oh, mierda, lo peor de todo es qué me acaba de ver con los mocos de Shrek esparcidos por toda mi cara —, aunque tú, Bill, estuviste muy desafinado.

—Vete al carajo —dijo este, levantándose del suelo para ir a dónde su hermano —. Tú y yo tenemos qué hablar.

—Sí, sí, lo qué digas, será mañana porque ahorita ya es tarde. —fruncí mi ceño ante eso y mire el reloj que había en mi cuarto.

—Apenas son las seis —hablé, pero de inmediato fui interrumpida. Qué modales, eh.

—Ya es tarde —volvió a decir.

—¿Tienes horario de abuelito o qué? —pregunté con un claro humor y rodando los ojos. Me levanté del suelo y me limité a quedarme parada, mirando toda la situación.

—Qué bonita te ves —dijo de repente. No iba a negar que me dió mucha risa que me dijera esa de forma tan inesperada, y claro que voy a admitir que me ha gustado. Y creo que el punto de sus palabras, también era hacerme cambiar de tema, porqué lo logró.

—¿No me digas qué incluso así —extendí mis brazos para darle a mostrar mejor mi apariencia —te sigo gustando?

—Te sorprendería saber qué sí —me mostró una sonrisa qué no tenía nada de coquetería, si no qué, era más bien... Tierna.
Siento cómo mi corazón quiere salirse de mi pecho para ir otra vez detrás de Tom y casi qué visualizo pequeños corazones rojos alrededor de nosotros. Bill no está incluido, lo siento Billy.

—Me veo ridícula —murmuré, sin poder o siquiera querer despegar mis ojos de los suyos.

—No, para nada.

—La verdad sí.

Ambos volteamos a ver a Bill, cuando lo escuchamos hablar. Alce mis cejas y el pareció entender todo porque abrió la boca, la volvió a cerrar, señaló la puerta y simplemente asintió, marchándose, no sin antes quejarse.