Una mujer de cabellos marrones yacía en la ala médica, se levantó de golpe aturdida y con un dolor en su cabeza que la fastidiaba.
- ¿Mustafa?, ¿qué pasó?- preguntó a el ver a el sehzade quien antes de sus mencionadas palabras mantuvo la cabeza baja.
Este alzó la mirada con alegría. Observando como esta entraba en duda.
- ¡Nurgül!- se apresuró a darle un abrazo a la dama.
Sentía como una alegría recorría su cuerpo.
- ¿Que pasó?- preguntó, - Te golpeaste y en la mañana te encontramos en el suelo- Nurgül solto un suspiro, - estoy bien...- susurro y pensó por un momento, - Mi hijo, mis hijos, ¿ellos están bien?- añadió y Mustafa asintió, - Si, están bien- eso la tranquilizó, - ¿Mi bebé?- preguntó tocando su vientre, - Tambien, estas bien. Solo es tu cabeza, ¿recuerdas quien te golpeó?- la castaña negó.
- Encontraremos a el culpable, y después le cortaré la cabeza yo mismo- la dama sonrió.
Pensó por un momento.
- ¿Crees que fue la sultana Hurrem?- eso captó la atención de Nurgul quien lo miró, - No..no lo sé, ¿Por qué piensas eso?- musito, - vi las manera en la que te mira, escuchó la forma en la que te habla. Es más que claro -
Nurgul pensó por un momento.
- ¿Si fuera ella qué haríamos?- preguntó, - debemos cobrar venganza. El sultán nunca haría nada - concluyó.
-Tienes razón- concluyo esta vez la castaña.
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- Murió, ¿verdad?- pregunté y Sümbulag negó.
Apreté mis puños con rabia.
¿Esa mujer tiene siete vidas acaso?
- Sümbulag, tienes que pensar en cómo deshacerte de esa mujer, ¡no la quiero más en mi palacio!- grite con enojo, - Como ordene mi sultana..- susurro y salió de mis aposentos enseguida.
¿Por qué está mujer es invencible?, me recuerda a mi después de tener a Bayazid.
Pero no puedo permitir que gane, yo ganare.
Yo siempre gano.
Esta vez no será la excepción, no lo será.
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- la sultana Hurrem fue muy amable al dejarme claro que me odia, sin embargo no le permitiré volver a atentar contra mi vida. Ni intentar meterse con mis hijos - la sultana Mahidevran me miró. - Tengo una idea en mente- la mire atenta, - ¿Cual es, sultana?- pregunté, - Sabes que el sultán en unas semanas irá de campaña, ¿no?- asentí, - obsequiémosle un collar envenenado- sonreí ante lo dicho, - es una gran idea, quizá con eso, podamos..bueno, ya sabe- musite, - No, dejémosle un claro ejemplo de que somos igual de fuertes. que podemos pensar más que ella-
