43- El harem de el principe Ahmed

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Las jóvenes que era llevadas a la fuerza o por amenaza entraron a el harem, los rostros más bellos cubiertos de polvo o suciedad, con las ropas más sucias posibles, algunas pelinegras, y otras, rubias.

Un gran espacio de el palacio había sido apartado, solo hasta que el príncipe pudiese negociar la provincia que fuese asignada, y algunas concubinas harían danzas especiales a el príncipe heredero, o lo visitarían por orden de la sultana.

Ahora, sentada en el diván disfrutaba de un manjar exclusivo con las frutas más exquisitas y las bebidas más dulces, mientras esperaba que la concubina, la cual había seleccionado sirviese de algo a lo que tramaba. Con una mirada a su uva las puertas se abrieron, dejando ver a una jovencita de perfectos quince años y mirada nerviosa, se encontraba bien vestida, de cabellos color chocolate, ojos azules y perfecto rostro, esbelta y con toque de encanto.

Nurgul terminó y bebió un poco de agua que contenía su vaso, girando su mirada con una leve sonrisa hacia la mujer, la cual se reverencio enseguida y aún era tomada de el brazo por la kalfa.

— Vanessa, suéltala — ordeno y esta obedeció al instante, podía ver desde lejos como esta temblaba de el miedo, suspiro antes de volver a dirigir su mirada e intento hacerla sonreír para evitar más molestias, —  Me dijeron que tu nombre es Lucrecia, bienvenida a el imperio otomano. Se te clasificó como la joven más hermosa de el harem de mi hijo, ¿y sabes?, estoy buscando un nieto de forma inmediata para asegurar la dinastía— Lucrecia, quien aún la veía con temor asintió intentando comprender de forma rápida las palabras que salían de la sultana.

— Puedes entrar a los aposentos de mi hijo, y en menos de dos semanas estarás en Manisa, con su autorización para ser la mujer que dirige el harem si haces bien tu trabajo

— Sultana, para mi sería un honor, pero...aún deseo estar con mi familia

Sus palabras fueron delicadas para evitar no explotar de molestia a la sultana debido a su insolencia, pero anormalmente, recibió una dulce mirada.

— normalmente todos desean volver con sus madres, padres o hermanos, incluso la familia completa, pero créeme, ahí no serás nada más por lo que la gente te recuerde, acepta lo que te digo. Y tendrás tanto poder como essiz de mi hijo

Justificó y a la vez persuadió, algo tentador era ver las joyas,los vestidos, aquellas telas y atenciones que las mujeres privilegiadas tenían.

Lucrecia lo pensó, y en realidad deseaba aquello, ya que, la mayoría de su vida había pasado sirviendo en casas de mujeres viudas para ganar unas cuantas monedas de oro y brindar un pequeño techo en su casa de madera poco elegante y perfecta como el palacio.

— Aceptó

Respondió sin más, pensando en cuan cambiaría el rumbo de su destino tragó en seco y dejó caerse a el suelo, con su mirada fija. Nurgul sabía de que se trataba, pero optó por callar y seguir observando.

— Le juro que haré lo posible por complacer de forma correcta a el príncipe Ahmed, y le daré solo mi lealtad a usted, sultana

Asintió con lentitud e hizo una seña para que se levantase, eso hizo, y de forma correcta se reverencio para salir de los aposentos con una kalfa siguiéndola detrás suyo.

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Kosem, con una mirada fija a la concubina de nombre Lucrecia, pensaba en que tan linda podía llegar a ser, suspiro y volteo hacia su madre, la cual intercambió su mirada en un instante, relamió sus labios y se dispuso a hablar:

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Kosem, con una mirada fija a la concubina de nombre Lucrecia, pensaba en que tan linda podía llegar a ser, suspiro y volteo hacia su madre, la cual intercambió su mirada en un instante, relamió sus labios y se dispuso a hablar:

— Madre, ¿y ella es una buena opción?, de que sirve tener un rostro bonito si no sabes usarlo — eran claras las palabras de kosem, la cual ya también había elegido una mujer para su hermano, y al enterarse que su busca fue en vano frunció el ceño.

Su madre, quien atenta escuchaba sus palabras conocía su intención, por lo que sonrió expresando su poco interés en las palabras hacia su hija quien seguía molesta con el drástico cambio de actitud y pensamiento.

— Es la mejor opción hasta ahora, solo hasta que tenga un nieto ella madurara, todas vienen de tierras fértiles, así las pedí a todas, espero no nos defrauden— lo último fue dicho con burla, mientras tanto, Lucrecia era maquillada y su cabello era cepillado.

Nurgul, con un collar de perlas entre sus dedos, se acercó cautelosa y esperó a que la joven se levantase, para colocarlo sobre su fino cuello.

— Esperó puedas seguir con aquello que yo ya no

Cuando el collar reposo sobre su cuello su cabello fue acomodado nuevamente y una pequeña tiara le hacía juego elegante.

Paso por los pasillos a pasos lentos y seguros, sus dedos enredados y perfeccionados a una simulación de rezar por miedo a ser rechazada, suspiro cuando las puertas fueron abiertas y los aghas bajaron la cabeza.

Paso enseguida, sus pies la guiaron hasta el príncipe el cual se encontraba de espaldas, sintió su corazón latir con tanta fuerza, sus manos temblaron y suspiro levemente, ampliando una sonrisa reluciente y con pureza.

Quizá esté sería un nuevo cambio y rumbo para el príncipe y el imperio, quizá esta mujer era suerte de oro.

𝐌𝐘 𝐇𝐔𝐒𝐁𝐀𝐍𝐃•ᵐᵘˢᵗᵃᶠᵃ ᵃⁿᵈ ⁿᵘʳᵍᵘˡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora