40-si ella lo pide..

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"La guiaron sus pies descalzos"

Nurgul camino con prisa, las semanas que había pasado encerrada no le habían sentado de maravilla, puesto que su rostro se encontraba demacrado y no tenía tantas energías, pero con una fuerza que no podría explicar se levantó de su tristeza y se d...

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Nurgul camino con prisa, las semanas que había pasado encerrada no le habían sentado de maravilla, puesto que su rostro se encontraba demacrado y no tenía tantas energías, pero con una fuerza que no podría explicar se levantó de su tristeza y se dirigió con prisa a el palacio de la sultana de el sol y la luna, claro que la noticia había llegado a oídos de el sultán, el cual no se negó pero tampoco le gustó demasiado aquel comentario, sin embargo. Dejaría hacer lo que a su mujer le diesen ganas, si ella deseaba matar a alguien, el la dejaría, ¿por que no?. Siempre hay una razón detrás de la historia y fachada de alguien.

Las criadas que la observaron pasar podían describirla como una mujer que se veía más delgada que de costumbre, puesto que siempre había sido una dama esbelta pero aquello podría deducirse algo más complicado a delgada, sus ojeras en notables y se encontraba pálida. Aquellos ojos verdes ahora tenían un tono rojizo muy cercas de sus ojeras.

Los aghas bajaron la cabeza ante su señora como forma de respeto y permitieron el acceso sin negar ni cuestionar sobre la repentina llegada que les sorprendió, puesto que el palacio continuaba en luto y ella lo estaba respetando, su vestido negro y capa que le combinaba.

— ¿la sultana Mihrimah?

Pregunto con la primera criada que observó la cual caminaba como ella pero en dirección contraria, la criada brevemente le dio información sobre que se encontraba en los aposentos de su única hija, Humasha.

Nurgul siguió caminando y su corazón latía con fuerza, si no se podía salvar a ella tenía la mínima esperanza de salvar a su sobrina.

Pero a el parecer llegó tarde, ya que Mihrimah sollozaba con su hija en brazos frente la fogata, tal parecía que el frío no cesaba y por un momento pensó que está solo se encontraba triste y tenía frío, se acercó a pasos lentos.

— Sultana — murmuró, se agachó hasta la estatura de su amiga y la miró, las lágrimas corrían por sus mejillas con rapidez y se aferraba a la niña la cual parecía dormir profundamente y no ser despertada con los sonidos emitidos por su madre.

Nurgul, aún aturdida acarició el hombro de esta, hasta por los segundos que pasó llena de curiosidad se convirtieron en unos donde se retractaba de haber preguntado con la mirada el hecho.

Era más que claro, Humasha tampoco se encontraba en el mundo terrenal, un escalofrío recorrió su espina dorsal y su rostro se llenó de pesar por la segunda dama que la ignoraba a toda costa, parecía que nadie más lo sabía, sentía que todo ardía.

La mano de la pequeña cayó a el suelo y llamó la atención de Nurgul, la cual tragó en seco recordando a su hijo, acarició la espalda de su amiga y suspiro. Levantándose poco después.

— Regresaré

Fue un susurro casi inaudible, Mihrimah asintió y su mirada se fijó a una sola cosa, el fuego.

Nurgul se dio media vuelta y se marchó, pasando por los fríos pasillos, y llegando hacia los aposentos de la sultana de sangre, donde se encontraban sus tres hijos.

Kosem casi saltaba a su madre, y le contó lo pensado que fue su estadía en el palacio, envolviéndola en un abrazo, Nurgul, con una mirada desolada a su hija le susurró en el oído el último hecho de tanto su prima como hermano, una lágrima se derramó a su vestido negro y le tomó poca importancia, acariciando sus cabellos negros con cariño, busco con la mirada hacia sus dos hijos y con detalle contemplo que estos dormían cómodamente en el diván cobijados por una manta marrón y fina seguramente.

Dos días habían pasado de el hecho, Mustafa fue informado y se le dio un funeral digno a su sobrina, Mihrimah y su esposo se encontraban devastados, tanto que la sultana comenzó a imitar la acción de Nurgul al encerrarse sin temor. Mustafa y Nurgul ofrecieron estadía en medio de la recuperación para ambos, pero la petición fue denegada a el instante.
Aún que el hecho de que Orhan ya no se encontraba le dolía, había hecho algo distinto, el retrato de el principe permanecía en el segundo piso de sus aposentos, un marco perfecto de oro que retrataba a el pequeño niño solo un año antes de lo que sucedería.

Mihrimah pidió soledad para evitar la amargura de ver a sus sobrinos y percatarse de que Nurgul seguí en cinta y ella nunca más pudo volver a intentarlo desde su primer matrimonio.

Ahora, esta se encontraba caminando hacia las llamas que esta misma provocó, eran tan grandes que desde la distancia pudo sentirse el fuego.

Con una mirada desolada sus pies descalzos se dirigieron a el árbol en incendio y como este se esparcía por medio de su gigante jardín real de su palacio.

Con una mirada desolada sus pies descalzos se dirigieron a el árbol en incendio y como este se esparcía por medio de su gigante jardín real de su palacio

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Hola.

Quiero que sepan que esto no fue improvisado y fue algo que planeé desde que reescribí el libro, todavía faltan muchos lamentos por la falta de personas que morirán más adelante, pero no estamos para eso por hoy.

¿Ya les dije feliz año?, feliz año🗣️

Meme a continuación:

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𝐌𝐘 𝐇𝐔𝐒𝐁𝐀𝐍𝐃•ᵐᵘˢᵗᵃᶠᵃ ᵃⁿᵈ ⁿᵘʳᵍᵘˡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora