Amé cada uno de sus comentarios en la nota anterior. A modo de agradecimiento les subo éste capítulo y dejé un par de menciones abajo. En verdad son increíbles, gracias por seguir aquí, las amo! 🫂
Capítulo +18
Bruno
-¿Cómo te sientes, cielo?-
-Bien, pero no hay parte de mi cuerpo que no me duela- formó un tierno puchero con sus labios y luego bebió un trago de su café.
-Era obvio, Dante es un maldito salvaje a la hora de follar- besé su mano y estacioné mi auto frente a su trabajo.
-Mentiría si dijera que no me gustó- se encogió de hombros y vio la hora en su celular- ¿Me vienes a buscar hoy?- me miró y mordió suavemente su labio inferior esperando una respuesta.
-Claro. ¿Misma hora de siempre?- asintió y bajé del auto. Ignoré todas las miradas que sentí en ese instante y rodeé el vehículo hasta llegar al lado del copiloto. Abrí la puerta para ella y me regaló una tierna sonrisa antes de tomar mi mano y salir del auto.
-Gracias, cariño- soltó mi mano y luego sus brazos rodearon mi cintura, apoyó su cabeza en mi pecho y luego alzó su rostro para mirarme. Me encantaban las diminutas pecas que adornaban su nariz, le daban un aspecto tierno y adorable.
-En tu bolso te guardé una vianda de comida, tienes carne y verduras, solo asegúrate de recalentarla antes de comer. También te guardé cubiertos, servilletas y de postre un chocolate- besé la punta de su nariz y sus ojos se pusieron cristalinos- ¿Qué ocurre, cariño?- pregunté preocupado.
-Eres tan lindo- besó mi mentón y sonreí.
-Tú lo eres más- agarré su bolso y la ayudé a pasarlo por encima de su hombro- Que te vaya muy bien, cielo. Llama cualquier cosa- asintió y luego formó un pico con sus labios. Rodeé su cintura y la acerqué a mí, cerró sus ojos esperando un beso de mi parte pero éste nunca llegó.
-¿Qué esperas para besarme? ¿No te vas a despedir?- se cruzó de brazos y me miró con el ceño fruncido. Miré a mi alrededor y noté la cantidad de personas que se encontraban observándonos. Rasqué mi nuca nervioso mientras la miraba y ella rodó los ojos cuando se percató de las personas que solo miraban en nuestra dirección.
-¿Te ponen nervioso?- asentí avergonzado y ella rió suavemente. Cerró la puerta del auto, tomó mi mano y comenzó a caminar conmigo a no sé dónde. Confundido la seguí y fruncí el ceño cuando se adentró al estacionamiento del hospital. Apoyó su espalda en una de las columnas y dejó el bolso en el suelo para después sonreír- Aquí nadie nos verá y no te irás sin despedirte como se debe- se encogió de hombros y no pude evitar soltar una carcajada.
La pegué a mí y con mis brazos rodeé su cintura, apreté su trasero y ella mordió suavemente su labio inferior mientras acercaba su rostro al mío. Rocé mi nariz con la suya y finalmente la besé.
ESTÁS LEYENDO
Lea [EN PROCESO Y EDICIÓN]
RomanceLea es una doctora de veinticuatro años. Es una chica que no cree en el amor ya que siempre tuvo malas experiencias en todas sus relaciones, pero hubo una que la marcó profundamente. Los D'Angelo al verla supieron que ella sería su mujer. Están disp...