Hay vida en mis días, despertando cada mañana. Recuerdos nostálgicos de mi niñez, que llegan como dulce añoranza.
Los árboles eran frondosos y etéreos, en aquellos momentos claros. En el jardín de las llamas del arrebol, aprendía a señalar lo verdadero y claro.
No me arrepiento de mis decisiones, que me han llevado al estrellato del destino. Sigo joven y silencioso como el viento, consciente de que el pasado es un recuerdo divino.
Las estaciones guardan vividos momentos, del verano que aún resuena en mi ser. El resto queda en el olvido del antaño, un capítulo en el libro de lo efímero, sin volver a renacer.
En cada amanecer, un nuevo comienzo, un aprendizaje que nunca se detiene. El pasado, un tesoro bonito, que en mi corazón siempre sostiene.
Que el retumbar del pasado se haga presente, en cada paso que doy en el presente. Con gratitud por lo vivido, y la esperanza de un futuro resplandeciente.
~Una dedicación a mis recuerdos.
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El Encanto de las Mariposas
Romance'100 Poemas para aquellas mariposas que dejaron su color en los ojos desolados de aquel que siempre creyó'
