Todos esperamos en la parada de la estación el tren, el de nuestra vida, el que nos llevará más allá, pero muchos, con lágrimas, han perdido el andén, por no saber elegir, el destino se desvía sin piedad.
Nuestra vida depende de las elecciones que hagamos, de cómo pensemos que es lo correcto, lo que amamos, al abordar el tren, habrá paradas en el camino, cambios de vías, estaciones frías, calientes, en su destino.
Vías entrelazadas, caminos llenos de esperanza, hormigón frágil que desafía nuestra confianza, superar los obstáculos, surcar el horizonte, enfrentar las pruebas, sin miedo, con valiente monte.
La felicidad, anhelada por todo ser humano, está en nosotros mismos, en nuestro interior palabras inefables, haciendo lo que amamos, siguiendo el camino trazado, por cada estación que pasamos, el tren nunca lo habremos dejado.
En cada parada, en cada tramo recorrido, construimos nuestra felicidad, nuestro sentido, el tren de la vida nos lleva hacia nuestro destino, con valentía y pasión, alcanzaremos el camino divino.
ESTÁS LEYENDO
El Encanto de las Mariposas
Romansa'100 Poemas para aquellas mariposas que dejaron su color en los ojos desolados de aquel que siempre creyó'
