En esta era fugaz, una generación se alza, aferrada al mar de amores que se desvanecen. Una rosa que no florece, en el corazón no traspasa, dejando grietas y felicidades que en vano perecen.
Enamorarse en estos tiempos es un dilema, donde las aves pasajeras son la norma. Dejando en el alma una huella suprema, o la ausencia de un amor que desforma.
El hombre del pasado se enamoraba, de la sombra seductora en la noche serena, del resplandor del sol que irradiaba, pero en este presente, el amor apenas suena.
Ya no basta una flor ni una carta escrita, para conquistar el corazón de quien deseamos. Pero nuestros corazones aún guardan la chispa infinita, y los claveles de ruiseñor siguen siendo amados.
A pesar de las barreras y los obstáculos presentes, nuestros corazones poéticos no se doblegarán. Persistiremos en amores eternos y trascendentes, encontrando la belleza en cada latir que aún palpitará.
~Y.V.T
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El Encanto de las Mariposas
Romance'100 Poemas para aquellas mariposas que dejaron su color en los ojos desolados de aquel que siempre creyó'