El latido perdido

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Hermosa Luvariel, en un suspiro quedé atrapado en tus encantos, cual mariposa cautiva de un hechizo divino, más los hilos del destino ocultaron mi anhelo, y en el vuelo del tiempo, quedé sin camino.

Soñé mil estrellas que yaces en tus brazos Luvariel, flores marchitas cubrieron nuestro edén, esquivaste nuestro amor, carga pesada, que el deber impuso en tu ser, sin querer.

Un fugaz destello, breve amor ilusorio, un sueño efímero que escapó al viento, y en mi pecho quedó la añoranza viva, de un beso robado en aquel momento.

Rogué al tiempo un minuto de claridad, para explicar que no más hablaría, que mis ojos no podrían mirarte, tomaste mi carta final, sin melodía.

El perdón por mi sufrimiento llevaste lejos, y en mi corazón anida la ausencia, sé que un día serás feliz, lo anhelo, aunque mi amor no esté en tu existencia Luvariel.

Han pasado meses, los susurros callejeros, afirman que mi esencia se ha disipado, en las cenizas del fuego de la cobardía, me convertí, luchando, en un olvidado legado.

Luvariel en cada latido, aún siento tu eco, una melodía triste en mi pecho persiste, espero encuentres la dicha en tu camino, aunque mi amor, en silencio, se despiste.

~A.G.V 

El Encanto de las MariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora