Sentado en la oscuridad, rodeado de voces, que solo me arrastraban hacia el llanto y la desesperación. Sumergido en aguas lentas y nauseabundas, del pozo del cielo nocturno, mi cuerpo se hundía.
Contaba lágrimas desde aquel entonces, golpeaba el mármol hasta sangrar mi piel, un profundo y persistente dolor latente, que parecía no tener fin, una herida sin cicatrizar.
Pero entonces, una voz surgió como una semilla, una pequeña llama que clamaba por crecer. "Levántate, mi fiel emisario, no te rindas, tienes todo un mundo por recorrer", exclamó.
Palabra tras palabra, una gratitud inmensa, una sonrisa que desafiaría cada amanecer velado. Sanando el desgarro de un dolor interminable, esa voz me mostró la fuerza para seguir adelante.
Eres tú quien decide salir de ahí, me recordó, un mensaje de esperanza en medio de la adversidad. Con su guía, mi espíritu se alzó de las sombras, y la promesa de un nuevo comienzo se hizo realidad.
Aquella voz que resurgió de la noche en los momentos más oscuros de mi existencia. Su aliento me impulso a superar cualquier desafío, y encontrar la luz que disipa la oscuridad con insistencia.
ESTÁS LEYENDO
El Encanto de las Mariposas
Romance'100 Poemas para aquellas mariposas que dejaron su color en los ojos desolados de aquel que siempre creyó'
