El llamado del niño interior

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Mirada del niño en el patio encontré, sus lágrimas caían como cascada sin fin, afligido por las penas que ha vivido, lo observé en silencio, sin dar consejo en su confín.

Partió con las lágrimas en su pecho, cerrando las puertas de su cariño en su andar, lamenté no haber actuado, hecho un eco, para cambiar lo que sentía, sin tardar.

Mi niño interior se marchó para siempre, arrepentido de quedarme inmóvil en aquel instante, abandoné mi corazón, cerré las ganas de amar, partió con él la esencia de un tiempo vibrante.

Seguí luchando, clamando cada noche, rogándole a la luna que le diera fuerzas, para que regresara a mi alma, mi derroche, el niño que lloraba por las mentes crueles y aviesas.

Escribí líneas llenas de drama y esperanza, para invocar su retorno a mi existencia, luché por la fe y la confianza, que serían trompetas de su reaparición, mi sentencia.

Aprendí a amarme en medio de los demonios, que acechan en un mundo repleto de maldad, protegí mi niño interior de sus rezos, y desterré las almas impuras en su iniquidad.

El llamado del niño interior resonó en mi ser, una invitación a abrazar la pureza y la inocencia, enfrentar los desafíos con fuerza y poder, y recuperar la existencia de mi esencia.

Que regrese el niño interior, con su luz radiante, y habite en mi corazón, en cada latir, renovando la esperanza, triunfante, con la certeza de amarme y nunca desistir.

~Mi amigo, A.P

El Encanto de las MariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora