El Beso Naufragio

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Suena curioso hablar del primer beso tardío, a una edad donde desconocía la dulzura de los labios, liviano como pluma, fugaz en su envío, milésimas de segundos, instantes escasos y sabios.

Estúpido fui al privar mi niñez de ese encuentro, pero quiénes somos para limitar su esencia, el primer beso, un instante único y centro, donde miles de besos aguardan con paciencia.

No llevo pena en mi cuerpo y mente, por besar tarde los labios que desaparecieron, una mujer sin rastro, fugaz y ausente, en mi vuelo hacia las nubes, me sumergí sin freno.

Caminaba por las calles, saltando con alegría, las miradas curiosas de los pueblerinos me seguían, un loco desenfrenado, libre en mi fantasía, había besado por primera vez, mi alma se erguía.

El beso naufragio, un tesoro sin retorno, me impulsó a volar en las alas del amor, una experiencia fugaz, un dulce adorno, que guardo en mi ser, como un canto de esplendor.

El Encanto de las MariposasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora