Desde la cumbre más alta, su mirada se posa, el ser que florece vida en cada rosa, invisible a los ojos, pero siempre presente, su divina esencia envuelve cada instante.
No habita en un cielo, su morada es en cada ser, acompañante fiel en todo nuestro recorrer, susurra en la agonía del frío y la desolación, su amor se despliega, consuelo en la aflicción.
Alzamos la mirada al cielo con lágrimas en los ojos, y él nos otorga fuerza, en múltiples momentos preciados, envía ángeles a cuidar nuestro dolor y soledad, sus bendiciones se derraman, en cada nueva jornada.
Perdona incluso cuando le hemos quebrado el corazón, su paz inmensa disipa cualquier sombra o confusión, brinda riquezas a los pobres, pan al que no tiene nada, la miseria no lo derrota, su grandeza jamás es opacada.
¡Aleluya al creador de todo lo que nos rodea! Su amor desmantela la corrupción, con su fuerza plena, su ira divina nos guiará hacia un futuro de esperanza, donde danzaremos al ritmo de su canto, en gloriosa alabanza.
~Para ti Dios
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El Encanto de las Mariposas
Romance'100 Poemas para aquellas mariposas que dejaron su color en los ojos desolados de aquel que siempre creyó'