Cuando llegó a su casa, lo primero que hizo fue ir a su dormitorio, dejarse caer sobre la cama y reprimir un fuerte grito contra la almohada.
Aquello no ayudó mucho a mitigar lo que sentía. Podría haber golpeado paredes, dado vuelta a todos los muebles y seguiría sintiéndose igual de triste, molesto y decepcionado.
Una pequeña parte de él había querido creer un poco en Sasori. Ignorar todas las señales y cederle el beneficio de la duda.
Pero ahora todo estaba muy claro. Demasiado.
Sin que pudiera evitarlo, las lágrimas corrieron sin control por su rostro. Naruto intentó detenerlas con su antebrazo. Cerró los ojos y sintió como su cuerpo se agitaba entre cada violento sollozo.
¿Por qué era tan difícil olvidarse de ese imbécil?
¿Por qué tenía que encontrarse con él de nuevo?
Ya tenía suficiente de esa basura.
Suficientes mentiras para una vida.
Le dolía el pecho y le ardían los ojos, pero no podía detenerse.
Lloró por más de una hora y, cuando al fin se calmó, se rindió al sueño. Fue uno corto, interrumpido por los golpeteos a la puerta.
Naruto se levantó tambaleante. Había corrido todo el camino a casa y se sentía agotado física y emocionalmente. Todo el tiempo no dejaba de maldecirse por ser tan estúpido y haberse dejado engañar de esa manera.
Con cuidado, retiró el seguro y abrió un poco la puerta.
Naruto boqueó perplejo, como un pez fuera del agua. Trató de cerrar la puerta pero los reflejos de Sasori fueron más veloces. El marionetista solo necesitó adelantar el pie para evitar el cierre total. Después empujó la puerta y entró.
Completamente pasmado, Naruto corrió a alcanzar su celular de la mesa. Desbloqueó la pantalla, tecleó el número y se lo mostró a Sasori con el afán de espantarlo.
Sasori apenas si reparó en el móvil. Pero Naruto supo que había mirado bien el número cuando el pelirrojo habló.
-Anda, puedes hacerlo. Llama a la policía.
-¡No estoy jugando!- apostilló Naruto. La mano no dejaba de temblarle-. Voy a hacerlo.
Ni siquiera terminó de decirlo cuando Sasori le arrebató el celular para oprimir la tecla de llamada. Acto seguido pulsó el altavoz y se lo extendió a un sorprendido Naruto.
El tono de llamada sonó dos veces antes de que la operadora atendiera.
-¿Cuál es su emergencia?
El rostro apático de Sasori no demudó un ápice cuando Naruto le devolvió una mirada llena de desconcierto.
-Es...- silencio-. Bueno, es que...- se mordió el labio y cogió aire-. Perdón, me equivoqué de número, de veras- cortó la llamada y se dejó caer de rodillas sobre la alfombra.
Era un idiota. Peor que eso.
-Sal de mi casa- pidió en un hilo de voz, odiandose más a si mismo que al intruso. No entendía de qué iba, pero ya estaba demasiado cansado para tratar con sus juegos.
-¿Por qué no le dijiste a la policía que estoy aquí?- preguntó Sasori como si la exigencia de Naruto no hubiera tenido lugar.
-Vete ya.
-No lo haré. No vine a hacerte daño.
-Ya lo hiciste- lo desmintió en un susurro y con labios temblorosos.
Sasori suspiró y se sentó en el mueble.
-Cuando te alejaste de mi, no sabía qué pensar. Esperé y esperé por una explicación tuya. Una llamada. Te marqué todos los días y fui a buscarte...
-Ahorratelo- balbuceó Naruto, otra vez al borde del llanto.
Sasori lo ignoró.
-Empecé a salir con Deidara porque creí que te había perdido. Lo peor es que ni siquiera supe qué había hecho mal para que te fueras- hizo una pausa para mirar a Naruto a los ojos-. Pero me enteré cuando vi los videos que Hidan y Deidara grabaron. Estaban en el apartamento de Deidara. Fue una simple coincidencia que los encontrara. Te vi llorando, mal y vulnerable y esos idiotas no dejaban de molestarte.
Naruto cerró los ojos y se llevó las manos a los oídos. Pero Sasori sabía que aún lo escuchaba. El chico simplemente estaba herido y confundido. Tenía que intentarlo.
-Te vi en las cintas y entonces lo comprendí todo. Pero no pensé que volvería a encontrarte, Naruto. Así que ideé una forma de vengarme de ellos.
>>No voy a mentirte y decir que jamás me he metido en líos legales y cosas por el estilo, pero sabes que mis intenciones nunca fueron dañarte. No tenía idea de lo que te ocurría y tu nunca me dijiste por lo que estabas pasando. Independientemente de tu decisión, yo quise, y pretendo, seguir con mi plan hasta el final. Solo vine porque no quería que te quedaras con la idea equivocada sobre mi.
Lentamente Naruto dejó caer las manos a los lados. Miró a Sasori con resentimiento al recordar lo sucedido horas antes.
-¿Y lo de hoy?...¿Por qué...?- se silenció al rememorar el vidrio que había tomado Deidara y que, con toda seguridad, pretendía usar en él.
¿Había sido una distracción de parte de Sasori para que él se fuera?
-Deidara no puede enterarse de que sé todo lo que te he dicho- respondió Sasori con la mayor de las calmas-. Quiero que piense que lo quiero.
Los labios de Naruto dejaron de temblar.
-¿Él te ama?- quiso saber.
-Si.
-¿Me estas diciendo la verdad?
Sasori no pestañeó al responder.
-Absolutamente- se acercó a Naruto y le levantó el mentón con los dedos-. Jamás he dejado de quererte. Aún si en este momento me odias, eres para mí, lo que yo soy para Deidara. Si no te lo dije antes fue porque no me lo permitiste.
Con ojos llorosos, Naruto permaneció inmóvil ante su suave tacto. Tomó la mano de Sasori y se llevó el dorso a la mejilla. Después cerró los ojos y dejó de pensar para seguir a su instinto.
Porque no importaba cuantas veces lo intentara, seguía queriendo a Sasori. No podía apartarlo fuera de su vida para siempre. Y si era cierto lo que decía, anhelaba que Deidara experimentara el mismo dolor que Naruto sintió en la heladería al verlos besándose.
Quería verlo llorar.
Deseaba verlo sufrir.
La imagen de las llamas consumiendo su mochila seguía danzando en su memoria. No se apagaba.
-Te creo.
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Aprender a pelear.
FanfictionCuando cruzaron el límite, Naruto supo que tenía que hacer algo, y pronto. [SasorixNaruto]