Aprender a pelear.

XL

Una vez hecho el corte de la caja, Naruto fue a dejar su uniforme dentro de la taquilla. Tomó su mochila junto a sus llaves y se llevó la enorme bolsa de basura para dejarla de paso en el vertedero. Ya era muy tarde para ir al hospital, tendría que esperar al siguiente para ver a Sasori.

Al menos le alegraba un poco saber que ya lo habían intervenido y la cirugía había sido exitosa. De eso hacía dos días y el estado de salud de Sasori era estable hasta la fecha, aunque todavía no reaccionaba adecuadamente. Apenas podía comunicarse por algunos minutos. Tenía que descansar y reponerse. Ya habría tiempo para hablar.

Con paso firme, Naruto anduvo hasta el vertedero del callejón y arrojó la bolsa dentro del cubo. Después suspiró y se acomodó la mochila al hombro.

-Cobarde.

Sus ojos se entornaron en sorpresa al reconocer al dueño de la voz burlona proveniente junto a la valla de aluminio.

-Deidara- murmuró apenas, volviéndose hacia la silueta que yacía apoyada y camuflada con la misma noche. Deidara iba ataviado con una cazadora oscura con estampado de nubes rojas que Naruto había visto en otra ocasión. Llevaba además un sombrero de paja.

Extrañamente y pese a saber lo peligroso que era, Naruto no sintió miedo de verle, solo rabia acumulada, buyendo y royendolo por dentro como si fuera ácido.

-Te esperé y jamás llegaste- siguió mofandose Deidara.

Naruto se puso a la defensiva al distinguir una segunda silueta detrás de Deidara.

-Estuve ocupado- alegó.

-¿Tirando basura?

Una risa estruendosa acompañó el comentario. Naruto se mordió la lengua para evitar reaccionar al agravio.

Despacio, se encogió de hombros.

-Incluso tirar basura es más productivo que pasar tiempo con alguien como tu.

Deidara gruñó una maldición antes de dar un paso hacia él. Naruto elevó los brazos a los costados de su cuerpo, preparado para lo que viniera a continuación.

Amaba a Sasori. Lo amaba demasiado, pero no podía cumplir la promesa que este le había exigido antes de la cirugía. No podía simplemente ceder y alejarse. Estaría faltando a sus propios principios. Estaría dejando pasar insultos, humillaciones, burlas, manipulaciones.

Y sobretodo, la muerte de Kurama y el ataque hacia la persona que amaba.

No. Si había algo por lo que luchar en el ahora era por lo perdido y por lo que estuvo a punto de perder.

Pelearía por sus seres queridos, por su honor y por su futuro.

Pelearía para demostrar que no era un cobarde al que podían seguir denigrando cada vez que quisieran, solo porque lo consideraban una persona sin recursos y sin agallas.

-Que gracioso- comentó Deidara, tirando el sombrero de paja para esbozar una amplia sonrisa burlona-. Habría jurado que ibas a correr en cuanto me vieras.

-Un juramento en vano- soltó Naruto, lanzando su primer ataque.