XXXIII

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Tras efectuar la pertinente reverencia, Naruto se lanzó al ataque. Dio un giro y arremetió la primera patada con el talón que fue bloqueada éxitosamente por el marionetista.

Entonces retrocedió algunos pasos y lanzó un puñetazo que fue desviado por el brazo derecho de Sasori.

-Concentrate- le ordenó Sasori, retornando a su lugar. Naruto inspiró largamente por la nariz y trató de hacer un infructuoso barrido que Sasori saltó a tiempo. Pero solo era una distracción para que pudiera asestar el verdadero derechazo que conectó de lleno en el pómulo de Sasori. El fuerte golpe hizo trastabillar al marionetista y finalmente caer de costado.

Naruto se alarmó. Corrió a auxiliarlo. Sin embargo, Sasori tiró de su mano para hacerlo caer junto a él y poder someterlo con una llave.

-No se baja la guardia bajo ninguna circunstancia- lo instruyó-. Un descuido te puede costar la derrota, Naruto. No tengas compasión porque te aseguro que el enemigo no la tendrá contigo.

Adolorido, Naruto tensó el rostro. Asintió a lo dicho y en pocos segundos fue liberado.

-Es todo por hoy- profirió Sasori, yendo a tomar su botella con agua de la mesa. Naruto lo siguió atento con la mirada.

-¿Nos vemos mañana?

-Pasado mañana- corrigió Sasori antes de beber del agua-. Tenemos que limitar nuestros encuentros o Deidara se dará cuenta. Debemos ser discretos.

Decepcionado por la negativa, Naruto se sentó en posición de loto.

-¿Cuanto más vamos a alargar esto?- inquirió.

Sasori dejó su botella para ir a sentarse a su lado. Le pasó los dedos por la barbilla y le dio un rápido beso.

-Solo otro poco.
**

Deidara caminó de un lado al otro del callejón, dando vueltas desesperado hasta que Pain llegó escoltado de su séquito. Zetsu, Tobi y Kisame bajaron primero del vehículo para reunirse con el rubio.

Pain se unió poco después.

-Incendiaron mi galería- Deidara se mesó el cabello con ansias-. Todo mi arte que guardaba en el almacen.

Pain dio un paso al frente.

-Estoy investigando tu situación- dijo en tono robotico, desprovisto de emociones. Deidara asintió.

-Lo sé, pero necesito que esto se aclare rápido. Me estan jodiendo de todos lados. Mis cuentas fueron vaciadas, quemaron mi departamento. Como esto siga asi me quedaré en la ruina.

-Paciencia- farfulló Pain antes de darse la vuelta.

Deidara maldijo su suerte por lo bajo. Sacó su celular y marcó el número de Sasori. Al segundo tono le contestó.

-Necesito que vengas a mi casa. Algo pasó- sin esperar respuesta, cortó la llamada.

Sasori llegó en pocos minutos. Inexpresivo y bien arreglado. Tomó asiento en el sofa de piel y aguardó a que Deidara se explicara.

-Incendiaron mi galería.

Sasori apenas si pestañeó.

-¿Si?, ¿Quién lo haría?

-No lo sé- respondió frustrado-. Pero voy a llegar al fondo de esto.

-¿Necesitas ayuda?- propuso Sasori, deslizando sus dedos provocativamente por el brazo de Deidara.

Este negó apresuradamente.

-Dime que me amas- exigió.

Sasori abrió los labios, pero cambió de parecer y atrajo a Deidara hacia su rostro para besarlo con un deseo que no sentía. Ayudaba el tener los ojos cerrados y pensar en Naruto.

Porque a Naruto, si que lo amaba.

Aprender a pelear. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora