XXXIX

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Cuando entró al consultorio y vio a Sasori despierto en la camilla y mirando en su dirección, las dudas empezaron a embargarlo.

Ansioso, se rascó los brazos antes de ser empujado por Chiyo a su espalda. Entonces la puerta se cerró y ambos quedaron a solas.

-Estas despierto- Naruto se ruborizó ante la obviedad de sus palabras. Se sentía tan nervioso, pero a la vez feliz que, no sabía por dónde comenzar-. Me alegra mucho.

Media sonrisa complaciente anidó en los labios de Sasori.

-¿Ni un beso de saludo?- bromeó señalandose la mejilla, a lo que Naruto se acercó presuroso para cumplir la demanda, pero entonces cayó en la cuenta de la situación y retrocedió claramente confundido.

-¿No iban a intervenirte ya?- se extrañó mirando en todas direcciones, a la espera de la llegada del cirujano.

-Aun no, Naruto- lentamente el semblante de Sasori se tornó serio-. Escuché todo lo que dijiste en la última visita. No podía permitir que fueras. Me esforcé para salir de la inconsciencia. No fue fácil, pero no me di por vencido. Tenía que detenerte pero estaba muy débil cuando desperté, así que pedí que llamaran a mi abuela.

-¿Entonces era mentira que me necesitabas?- las palabras de Naruto se convirtieron en un dolido reproche al saberse engañado-. De verdad estoy muy feliz de verte despierto- repitió, yendo a abrazarlo-. Pero no debiste traerme aquí con engaños. No entiendo por qué Chiyo se prestó a hacer algo así.

-Déjame explicarte- pidió Sasori con respiración sibilante. Un acceso de tos lo obligó a recostarse y Naruto llamó enseguida a una enfermera para que se hiciera cargo de ponerle de vuelta el oxígeno.

-Sasori...- lo miró decaído al notar como el susodicho volvía a sumirse en el estupor del sueño. Era evidente que aún no se encontraba bien. Se había exigido más de la cuenta para poder traerlo a su lado.

Naruto intentó acercarse de vuelta a la camilla, pero fue repelido por la enfermera y tuvo que salir a la sala de espera junto a Chiyo.

-¿Por qué lo hizo?, ¿Para qué esforzarse tanto para impedirme hacer algo que él sabía que haría de todas formas?...él mismo me estuvo entrenando para ello.

Sus profundas reflexiones fueron interrumpidas por la anciana, quien soltó un hondo suspiro de pesar antes de responder a sus dudas.

-Sasori no lo ha hecho con mala intención. Él confía en ti, y te quiere más de lo que aparenta. Me pidió traerte a base de mentiras porque sabía que de otra forma te habrías negado a venir.

-Pero...

-El citatorio que te dieron es una emboscada ideada por un tal Pain. No estoy enterada de todo lo relacionado al pasado de mi nieto, pero me confió lo suficiente y ahora sé que ese tipo es de cuidado. Sasori solo quería protegerte de que corrieras la misma suerte que él. Esa pandilla no juega limpio.

Naruto agachó la cabeza en señal de sumisión, entrelazó las manos y meditó un poco al respecto.

-¿Por qué Sasori estaba con ellos?- titubeó inseguro-. ¿Por qué quedarse ahí si sabía que eran peligrosos?

Chiyo endureció un poco las facciones.

-Porque ya no tenía elección. Lo matarían antes de dejarlo dimitir de la organización. Y por lo que me contó, es probable que quieran hacer lo mismo contigo.

-Pero no soy como ellos- rebatió Naruto, contrariado-. No quiero ser criminal y no he hecho nada semejante a lo que han hecho esos tipos.

-Aun no- asintió Chiyo con lentitud-. Pero si sigues por la senda de la venganza, caerás en la red cuando menos lo esperes. Un error Naruto. Uno solo y terminaras muy mal.

Con los ojos cerrados Naruto suspiró despacio.

-Agradezco la preocupación, pero este asunto solo me concierne a mi. No les temo y se valerme por mi mismo.

-Tu entrenamiento hasta ahora ha consistido más en defensa que en ataque- adujo Chiyo en vano. Naruto se había levantado y no pensaba quedarse a oír más razones.

-Gracias- sonrió ampliamente, como si ninguna preocupación le aquejara-. Volveré a ver a Sasori mañana.

"Este niño es tan terco" se lamentó Chiyo al verlo salir.

Aprender a pelear. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora