Aprender a pelear.

XIV

Naruto suspiró antes de calarse la gorra y ponerse el gafete. Era el tercer día de su última semana de trabajo. En realidad habría preferido desligarse del todo, pero Kakashi le había pedido ese favor. Solo una semana en lo que se ocupaba su puesto y capacitaban a su relevo. Y a cambio no le descontaría la mitad de la cifra de los artículos de arte.

Era un buen trato. Además, se lo debía a Kakashi.

La primera hora pasó muy rápida.

La suerte había estado de su lado esa media semana porque aquellos abusivos idiotas no habían acudido a molestarlo.

Iruka le había ofrecido ayuda para que presentara nuevamente el examen, pero tendría que ponerse al día con el temario de su materia. Shikamaru le había perdonado el incidente con la libreta y tambien le había ofrecido apoyo para estructurar el ensayo que tenía pendiente, junto a muchas tareas más.

Con Sasori todo iba a pedir de boca. Habían salido dos veces más, una al parque y otra a una plaza por helados.

Realmente, en retrospectiva, no podía quejarse. Fuera de los tres días que le quedaban en ese trabajo, las cosas empezaban a arreglarse en su vida.

-Pero mira a quién tenemos aquí.

Nada más oír la molesta voz aguda, Naruto se preparó mentalmente para lo que fuera que viniera a continuación. Extrañamente al apartar la mirada del monitor, se encontró solamente a Deidara.

-Buenas tardes. Voy a empezar a marcar- decidió no alargar las cosas y presionó el botón para que la banda transportará los productos en su dirección.

Aunque intentó no mirarlo, Naruto notó de refilon que Deidara no dejaba de observarlo a él, estaba inusualmente silencioso, sin burlarse ni hacer algún comentario vulgar como de costumbre.

¿Era otra trampa?, ¿Quería engañarlo de nuevo?

Naruto no entendía la extraña reacción del otro. Deidara había abierto la boca en una mueca de entero desagrado mientras señalaba su pecho.

-Tu...¡tu robaste ese collar!

Naruto retrocedió a tiempo antes de que Deidara llegara hasta él.

Uno de los cajeros de junto llamó inmediatamente a seguridad cuando Deidara se abalanzó sobre Naruto para tratar de arrancarle la pieza de cuarzo aguamarina que pendía de su cuello.

-¿De dónde lo sacaste?, ¿Cómo lo obtuviste?- le increpó Deidara fuera de si.

Naruto seguía en shock, sin comprender nada. Se sostuvo la pieza de cuarzo y se puso de pie con ayuda de Kakashi cuando esté llegó en su ayuda.

-¿Qué está ocurriendo aquí?

-¡Ocurre que su empleado es un ladrón!- escupió Deidara al ser retenido por dos de los miembros del equipo de seguridad. Miró receloso a Naruto antes de agregar-. Yo pinté a mano esa pieza de cuarzo natural. Y ese cuarzo pertenece a...

-Mi novio me lo regaló- respondió Naruto, ignorando los comentarios de Deidara y respondiendo únicamente a la mirada cautelosa de Kakashi, convencido de que era otra treta de Deidara para ponerlo en mal con su jefe.

Anonadado, Deidara abrió los ojos al máximo. Las uñas se clavaron en las palmas de sus manos.

-¿Quién es tu novio?

Naruto le sostuvo la mirada al responder.

-Akasuna Sasori.