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Los aviones entraban y salían de las pistas de aquel aeropuerto, los megáfonos anunciaban los próximos vuelos que deberían ser abordados, los pesajes y controles se encargaban del equipaje de cada pasajero y, entre la multitud que iba y venía por ...

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Los aviones entraban y salían de las pistas de aquel aeropuerto, los megáfonos anunciaban los próximos vuelos que deberían ser abordados, los pesajes y controles se encargaban del equipaje de cada pasajero y, entre la multitud que iba y venía por aquellos pasillos, tres jovenes caminaban a paso lento con sus valijas, siendo acompañados detrás por personal del lugar, quien llevaba el resto de sus pertenencias. Con cada paso que daban, más eran las miradas que se posaban en ellos, comenzando a murmurar cosas que solo eran ignoradas por los causantes del alboroto. Cada prenda que cargaban eran de marcas prestigiosas y las personas lo notaban, notaban cuanta clase y dinero podían poseer con solo su forma de vestir y caminar.

Tres jóvenes que no eran comunes.

Tres jóvenes pertenecientes a las familias más destacadas y sobresalientes de la clase alta. Hijos de reconocidos empresarios y prominentes figuras públicas. Hijos que ponían en alto el nombre de sus familias.

En la izquierda, caminando con su celular en el oido mientras dictaminaba órdenes que eran decisivas para una buena reputación, Goo Gunil de 24 años, hijo único del reconocido ministro de economía nacional Goo SeHun y de la famosa actriz Kim Sooha. Heredero directo de la fortuna Goo. Su padre se postulaba como candidato a la presidencia nacional en las próximas elecciones que se llevarían a cabo en algunos meses y que, a través de encuestas públicas, aseguraban su victoria. Su propaganda política y la organización de su candidatura estaba bajo el control de su hijo, estudiante de 3º año en la facultad de ciencias políticas con orientación al manejo de instituciones públicas.

Gunil destacaba por ser alguien de pocas palabras. Su adolescencia y parte de su infancia la vivió en los Estados Unidos con sus abuelos maternos. Un año antes de ingresar a la universidad, cuando su padre fue reelecto como ministro de economía, decide volver al país y prepararse para ser el descendiente de las empresas que su padre manejaba a tiempo completo. Sin embargo, al adentrarse al mundo de la política y la militancia, dejó que fuese su madre la que se encargara de esas compañías y toma la decisión de seguir los pasos de su progenitor, estudiando una carrera que le permitiese estar a ese mismo nivel en el futuro.

Contaba únicamente con dos amigos, y realmente no le interesaba tener más. Al regresar al país y, luego de haber estado 15 años fuera de este, con un idioma y cultura completamente diferente, se le dificultó volver a integrarse en la sociedad coreana. En un evento organizado por su madre conoce a aquellos dos chicos que ahora lo acompañaban a donde fuese y que pasaban demasiado tiempo junto a él. Sí, Gunil es una persona que no demuestra sus emociones y sentimientos, a quien le desagrada actitudes "amigables". Había vívido malas experiencias, en donde las personas únicamente se acercaban por su padre y por lo que podían obtener de él y su imágen, lo que llevó a que, inconscientemente, se prohibiera a sí mismo el confíar en la palabra de otros. Aún así y, aunque quisiese ocultarlo, había tomado aprecio por esos dos chicos.

Kwak JiSeok. Quien iba a la derecha de los tres era Kwak JiSeok.

El hecho de apedillarse Kwak era suficiente para denotar la importancia y respeto que imponía. No solo era de los apellidos más extraños y poco comunes que podían encontrar, sino que, cada persona perteneciente a los Kwak, lograba destacar por habilidades propias y talento innato. Kwak JiSeok tiene 23 años y, como todos en su árbol genealógico, él también destacaba por quien podía ser.

𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora