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El día terminó transcurriendo tan rápido que, para cuando regresaron a casa, el atardecer estaba desapareciendo completamente y la noche se adueñaba del despejado cielo

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El día terminó transcurriendo tan rápido que, para cuando regresaron a casa, el atardecer estaba desapareciendo completamente y la noche se adueñaba del despejado cielo. 

El chofer ayudó a bajar cada una de las bolsas que había comprado el joven HyeongJun y las mucamas, aunque se sorprendieron de que fuera mercadería y no ropa nueva, solo optaron por guardar silencio, curiosas. JooYeon tomó las bolsas que su Joven Amo llevaba con dificultad y avanzó hacia la enorme cocina de la casa, dejando todo sobre la mesada de mármol con cansancio.

―¿Nana dónde está?

HyeongJun quitó su abrigo y lo entregó  a una de las mucamas con un pequeño agradecimiento, notando como JooYeon se marchaba junto al chofer.

―Joo, necesito que te quedes. ―El mayor se detuvo casi al instante y volteó en su dirección sin mirarlo, avergonzado.

Ambos sabían lo que sucedía: JooYeon estaba avergonzado por lo que había hecho en la feria.

El pelilargo se golpeaba mentalmente por su falta de profesionalismo y ahora no tenía la cara ni la dignidad suficiente para mirar al chico que tanto le gustaba. El mismo chico que era su jefe y él lo había olvidado. 

―Ella tuvo que salir, pero no avisó donde estaría, solo nos notificó de que llegaría tarde.

―Qué raro ―frunció el ceño―. Ella nunca desaparece así.

Todo el personal de la casa volvió a lo suyo mientras HyeongJun sacaba cada compra para dejarlas en orden, sonriendo satisfecho por lo productivo de ese día. JooYeon, desde la esquina donde permanecía inmóvil y tratando de no molestar a las cocineras, miraba con atención cada cosa que hacía el Joven Amo. Aquella enorme sonrisa que no había desaparecido y que solo seguía aumentando. No sabía por qué, pero justo ese día notó en él algo mágicamente nuevo.

Cómo si una luz lo envolviera y todo alrededor fuera energía y felicidad, como si él fuera feliz. Una felicidad que se podía contagiar con solo estar cerca.

―¿Piensas quedarte parado ahí? 

La voz de la persona que había estado observando, llamó la atención de él y de los presentes, quienes voltearon a verlo, confundidos.

―Yo... ―aclaró su garganta―. No debería de estar aquí.

―¿Por qué no? 

―Yo, este no es mi lugar ―murmuró incómodo.

―¿Y mi habitación donde pasaste la noche conmigo si lo es? ―Con aquella pregunta busco relajar el ambiente entre ellos dos después de lo que había pasado, pero supo que había cometido un error cuando escuchó a una parte de los sirvientes reír en voz baja―. Por favor, necesito que salgan de aquí y no ingresen hasta que yo lo vuelva a autorizar.

―Pero, joven HyeongJun ―uno de los hombres habló―. Debemos preparar la cena.

―Preparen la cena en la cocina trasera. Lleven lo que sea necesario de aquí.

𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora