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La mañana de aquel sábado había pasado por completo dejando sentir sobre su cabeza el radiante sol del mediodía

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La mañana de aquel sábado había pasado por completo dejando sentir sobre su cabeza el radiante sol del mediodía. JooYeon se deshizo del sueter de lana que lo protegió del frío matutino para sus brazos quedar totalmente expuestos gracias a la camisa blanca sin manga que llevaba. El clima estaba muy cambiante y durante el día las temperaturas podían variar incontables veces, por eso no entendía como podía simplemente pasar de haber estado abrigado a comenzar a sudar de la forma en la que lo estaba haciendo en ese momento.

Había pasado una semana ya desde que consiguió aquel trabajo y la sonrisa en su rostro no desaparecía con tanta facilidad. Se había presentado al personal de la casa que ahora eran sus colegas y lo trataban como alguien que conocían hace años. Entendía que era el menor de todos los empleados y, que además, era el más cercano a la edad del "joven amo".

―Joven Amo... ―susurró sutilmente mientras quitaba la maleza que había abierto paso entre las dulces margaritas. Su ceño se frunció luego de mencionar aquellas palabras, su dolor de vientre haciéndose notorio por décima vez en ese día.

No entendía que sucedía con él, pero un dolor persistente le cerraba totalmente el apetito y lo llevaba a suspirar con incomodidad se hacía presente cada vez que se trataba del mismo tema: cuando escuchaba a los demás hablar sobre él, cuando decían lo maravilloso y carismático que era, y sobre todo, cuando recordaba la forma tan única en la que se habían conocido.

De pronto, y sin notarlo, una visible sonrisa se mostró en su rostro al dejar por algunos segundos de lado la bonita flor que estaba trans-plantando, deteniéndose un momento. No quería hacerlo, pero no podía evitar que aquel suceso llegara nuevamente a su cabeza como si estuviese repitiéndose. Sus manos sintieron el cosquilleo de la suave piel de la mejilla ajena que se atrevió a acariciar aquel día para asegurarse de que estaba bien, el peso de dos manos sujetándose de su cuello con fuerza seguía intacto. Suspiró intentando recrear el aliento ajeno que golpeó su rostro aquel instante.

―JooYeon.

―Mierda. ―El mencionado dio un brinco en su lugar. Agradecía haber estado de rodillas porque inevitablemente cayó hacia atrás sentado. Cuando se giró para percatarse de quien se trataba, abrió sus ojos cubriendo su boca―. Señora abuela... ―Ella lo miraba con una ceja semi levantada mientras sostenía firme una bandeja entre sus manos, claramente indignada por lo que había escuchado. Las mejillas del pelilargo tomaron un intenso color mientras se maldecía internamente por ser un boca suelta―. Y-yo...

―Levantate. ―Fue todo lo que salió de sus labios antes de que JooYeon se pusiera de pie en cuestión de segundos. Prontamente había invadido el espacio personal de la mujer para tomar una de sus manos y pedirle disculpas repetidas veces. Su rostro solo podía mostrar seriedad ante tal confianza que se estaba tomando ese joven.

―En serio, lo siento mucho ―se quejó mirando sus ojos con suplica―, en ningún momento la maldije a usted, solo que me asustó y se me escapó una groseria. ―Intentaba explicar, pero la verdad parecía que la situación empeoraba, de no ser porque fue detenido.

𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora