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Su mirada se había perdido en el brillo de aquellos ojos marrones, que a penas se divisaban por la pequeña sonrisa que se escondía entre las mejillas rellenitas de su dueño

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Su mirada se había perdido en el brillo de aquellos ojos marrones, que a penas se divisaban por la pequeña sonrisa que se escondía entre las mejillas rellenitas de su dueño. Un cabello oscuro brillante cubría sus párpados, donde en uno de ellos destacaba un lunar, dándole un toque único. Sus labios rosados que al sonreír formaban dos cuernitos en sus comisuras.

Su piel. Por un momento se había olvidado que estaba sujetando su mano, esa tan suave y aterciopelada, fría, pero que parecía transmitir calidez si te sostenía en ella. De pronto, su olfato fue inundado ante el delicioso aroma dulce que emanaba el contrario, con tal frescura que lograba transportarlo a aquél momento en el que presenció el océano.

Se sintió mareado, su suelo se movió por cuestión de segundos. ¿Acaso se había desmayado? ¿Si quiera seguía vivo? Porque juraba que estaba en presencia de un ángel divino que lo llevaría al más allá.

Jamás había visto algo igual de hermoso.

Y en una advertencia de la vida, dos dedos chasqueando frente a él lo devolvieron de aquel ensueño en el que se encontraba, cayendo en la realidad. Miró el panorama de la situación y vio que aún estaba sosteniendo su mano, el muchacho frente a él lo miraba confundido y lo peor de todo es que no sabía cuánto tiempo había perdido en aquella hermosa vista.

―Y-yo... ―Por fin pudo reaccionar complemente, levantándose de su lugar con velocidad al sentir sus orejas calentarse. Seguro su rostro estaría completamente rojo, porque realmente no podía mantener la mirada hacia quién estaba frente a él. Acomodó su mochila y se dispuso a darle la espalda temblando, pero una voz suave lo detuvo en seco.

―Disculpa... ― Esa voz, esa voz para los oídos de SeungMin solo podía corresponder a un verdadero ángel―. Te estás olvidando algo.

―¿Mgh? ―Con los labios apretados se giró sutilmente, la realidad es que sentía el labio inferior temblar por la vergüenza de haber estado tanto tiempo embobado. Sus ojos se posaron en la misma mano que había sujetado segundos atrás, dónde se encontraba ese papel tan importante que no podía olvidar―. Mierda ―exclamó en voz baja, pero lo suficiente entendible para el otro, que solo rio por el comentario―. Realmente lo siento.

―No te preocupes. ―Se acercó a él con su sonrisa, mirando lo que sostenía―. ¿Estás yendo hacía recepción?

―¿Yo? ―Automáticamente se golpeó luego de aquella pregunta tan estúpida, por lo que se apresuró a responder―: Sí, necesito entregarlo antes de que suene la campana.

―Pero la campana sonó hace un momento.

―¿Cómo dices? ―murmuró confundido― ¿En qué momento?

―Hace solo algunos segundos, cuando estabas sosteniendo mi mano mientras me mirabas.

La realidad es que aquella persona estaba disfrutando demasiado la expresión de pánico en el rostro de ese desconocido, al punto de causarle gracia y querer reír. La situación lo estaba ayudando a que no se frustrara más de lo que ya lo había hecho en esa mañana.

𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora