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JooYeon pasa sus horas viendo como los autos ingresan y salen de la mansión cada cierta hora determinada

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JooYeon pasa sus horas viendo como los autos ingresan y salen de la mansión cada cierta hora determinada. Su trabajo del día ha sido únicamente regar los árboles del cercado, pero se siente tan pesado y agobiado que inclusive cree que lo está haciendo mal. Su cabeza duele demasiado, tal vez es porque se está por enfermar, o porque sus ánimos están rozando el suelo, pero se siente insoportable. Y todo a causa de su Joven Amo.

No ha vuelto a saber de él desde aquella tarde.

Aquel día que su Madame Areum pidió hablar con él y luego volvió como si nada hubiese sucedido, supo que las cosas no estaban bien. Pudo notar el brillo apagado en su mirada, esa que tanto le gustaba apreciar, las palabras casi no salían de sus labios y solo quería estar a su lado, aún cuando la noche estaba cayendo. Fue el joven JiSung quien tuvo que apartarlo cuando debía ingresar nuevamente en la mansión, pero su Joven Amo seguía negándose. Desde entonces no lo ha vuelto a encontrar.

No quería decir que tenía un mal presentimiento, esas extrañas sensaciones prefería ignorarlas. Pero el hecho de no verlo hace días le estaba jugando una mala pasada. A pesar de siempre haber amado su trabajo y disfrutar lo que hacía, cada pequeña cosa se volvía mas emocionante desde que compartía sus horas con su Joven Amo, ya fuese entre besos y cursilerías, hasta solo encontrarse charlando de las pequeñas flores que se adueñaban del jardín.

¿Por qué tenía que extrañarlo tanto? Solo habían pasado unos días, entonces, ¿por qué su corazón se sentía herido? No podía dejar de pensar en él, en su mirada, su sonrisa, su voz, su perfume. Ya ni siquiera le interesaban esos molestos hombres rondando la mansión, solo quería que le regresaran a su chico.

―¿JooYeon?

El pelilargo giró sutilmente su cabeza al escuchar una voz a su lado, intentó sonreír , pero en esa sonrisa se muestra su desgano. Desde aquel día, también se había vuelto algo cercano al joven MinHo. Estaba muy agradecido con él. A pesar de ser un par de desconocidos, el mayor se encargaba de mantenerlo al tanto de como se encontraba su Joven Amo, lo que creaba una leve sensación de alivio en su pecho. 

Ahí estaba nuevamente, de pie junto a él, está vez acompañado del joven JiSung, quien intentaba sonreír de igual forma.

―¿Sucedió algo?

Aquella expresión en sus rostros no le estaban transmitiendo para nada lo que el estaba acostumbrado a sentir. Se veían preocupados, y eso hacía que él inevitablemente se sintiera de igual forma. ¿Había sucedido algo malo?

―JooYeon... ―MinHo soltó un pesado suspiro―. Estás regando una maceta vacía.

No fue hasta escuchar aquello que JooYeon cayó en cuenta de la ridiculez que estaba haciendo. Cuando volteó nuevamente, la maceta se había desbordado de agua hace ya algunos minutos y se había formado un charco alrededor de la misma. Dejó escapar una pequeña maldición silenciosa y apartó la regadera del lugar. Ni siquiera entendía cómo es que había llegado hasta ahí, si hasta hace unos momentos estaba en la parte del cercado.

𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora