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Varios días habían transcurridos desde que sus disculpas fueron dejadas en la entrada de aquella puerta blanca

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Varios días habían transcurridos desde que sus disculpas fueron dejadas en la entrada de aquella puerta blanca. JooYeon aún continuaba realizando su trabajo habitual como siempre, pero jamás obtuvo una respuesta por parte del joven amo. Quería tomar eso como una señal de que podría permanecer en su puesto y no sería despedido, porque si no lo habían echado al día siguiente del incidente, entonces ya no lo harían.

A decir verdad, aún estaba preocupado y expectante a lo que pudiese suceder. Varias veces le había consultado a la señora abuela de si había escuchado algún comentario por parte del dueño de la casa, pero la respuesta siempre fue negativa, también habló con varias de las mucamas que quizá pudieron enterarse de algo, y hasta tuvo la valentía de preguntarle al chofer personal del joven HyeongJun, pero no consiguió nada. A ese punto, todo el personal estaba enterado del gran error que había cometido, siendo regañado por algunos de ellos a forma de consejo o siendo consolado por las dulces mujeres de la cocina que lo querían convencer que no era tan malo como parecía.

Algo que era un secreto es que Nana fue quien ayudó a JooYeon a organizar aquellas disculpas. En parte porque el pelilargo había tomado confianza en ella desde el primer día en que la conoció, y en parte porque necesitaba su autorización para ingresar tantas flores a la residencia. Al principio, la mujer se negó rotundamente, no porque no quisiera ayudarlo, sino porque consideraba que probablemente para HyeongJun no sería de mucho agrado algo como aquello, despues de todo era ella quien mejor lo conocía, pero fácilmente no se pudo negar ante los ojos suplicantes del jardinero que necesitaba el trabajo. Aún así, la advertencia de que quizá no funcionaría fue dada.

Y estaba sorprendida.

Para ella, era sorprendente que HyeongJun tomara bien el acto del muchacho. No lo supo por él, pero pudo notarlo porque ya no se lo veía enojado, había regresado a su expresión neutral y tranquila. Nana no es una persona que disfrute de entrometerse en la vida personal del resto ni en sus pensamientos, pero realmente quería saber que había cambiado o de que forma había funcionado la idea de JooYeon para que su pequeño ya no quisiera despedirlo. En más de una ocasión intentó mencionar el tema con HyeongJun, pero no obtenía respuesta ni indicios.

JooYeon no quería ser despedido, no quería tener que volver a recurrir a la ayuda de buscar trabajo, no quería sentir que le había fallado a la madre de JungSu que tanto se esforzó por él, no quería hacer que su tía se preocupase nuevamente y le pidiera vivir con ella. No quería sentir que había decepcionado a todo el mundo que confió en él.

Podía parecer un poco inmaduro su comportamiento, pero sí, se había estado escondiendo de los posibles encuentros con el joven amo. Estaba siendo contradictorio, necesitaba la seguridad de que el trabajo le seguía perteneciendo, pero a la vez, si veía al joven HyeongJun en algún rincón, no sería capaz de enfrentarlo.

Trataba de quitar esos pensamientos abrumadores de su cabeza al menear su cabellera sutilmente. Clavaba una pequeña pala jardinera en la preparación de tierra con fertilizantes y agua para luego agregarla cuidadosamente en la base de los arbustos y arboles del cercado de la mansión.

𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora