Había sido un buen domingo para JooYeon.
Tuvo la posibilidad de pasar la mañana con Tia Linah y SeungMin, charlando y poniéndose un poco al día de lo sucedido, supo que ella consiguió un trabajo como cajera en un supermercado y a su primo le estaba yendo demasiado bien en sus clases. También estuvo durante la tarde en la florería junto a JungSu, que no pudo visitar con tanta frecuencia como lo hacía antes y, cuando estaba por marcharse, pudo pasar por la casa de su mejor amigo y saludar a los padres de este con añoranza, siendo agradecido una vez más del trabajo que la señora Kim consiguió para él.
Tampoco olvidaría el hecho de que tuvo la suficiente valentía para darle una bonita flor al Joven Amo, una flor que le había encantado tanto como a él por la forma en que la miraba y protegía con sus manos. JooYeon no quería borrar nunca de su mente ese lindo color carmín en las mejillas del joven HyeongJun cuando tuvo que ingresar a su casa.
Había sido un día excelente, y sin embargo, estaba sucediendo otra vez...
02:00 a.m. JooYeon sujetaba ambos lados de su cama al punto de clavar las uñas con fuerza, sus piernas se movían inconsciente mientras se quitaba la única manta que lo cubría del frío, su cabeza se meneaba en ambas direcciones mientras apretaba sus ojos con fuerza, aferrándose a lo que fuese.
―Mamá...
Pequeñas gotas de sudor comenzaron a hacer presencia en su frente, acompañando a alguna que otra lágrima suelta en sus ojos.
―Mamá, no lo hagas...
Estaba siendo doloroso. El recuerdo de aquello era demasiado doloroso pero JooYeon seguía aferrándose a él para tener una seguridad de que, al menos cuando despierte, todo estaría bien.
El dolor no significaba nada si al menos podía ver su rostro de esa forma.
―Espérame...
Sus murmullos eran tan sutiles como la pequeña brisa que ingresaba por la ventana y lo ayudaba a respirar en aquella sofocante habitación solitaria. Su pecho subía y bajaba debido a la agitada respiración que tensaba todos sus musculos. No estaba siendo lo suficientemente fuerte para soportarlo, su cuerpo le pedía a gritos que reaccionara pero seguía negándose.
Unos golpes bruscos en la puerta de su casa fueron suficientes para que saliera de aquel trance en el que había entrado mientras dormía. Buscaba inhalar más aire del que sus pulmones le permitían, como si no le fuese suficiente para recuperar la sensación de poder respirar. Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas perdiéndose en su mentón. Su mente había quedado en blanco y ahora estaba mirando un punto cualquiera de la pared buscando entender que era lo que sucedió.
―¡JooYeon!
Ahí estaban nuevamente los mismos golpes bruscos contra la puerta, aquello era lo que lo despertó y lo había olvidado. Miró la pantalla de su celular notando lo tarde que era ya. ¿Quién podría ser a esas horas de la noche? Negó con la cabeza volviendo a tumbarse en la cama. Quizá solo era su mente aturdida que lo estaba haciendo escuchar cosas. Soltó un suspiro queriendo calmar los acelerados latidos de su corazón, sus ojos cerrándose en busca de paz.
Pero los golpes fuertes e incesantes volvieron a hacer presencia, esta vez escuchándose con más claridad. JooYeon se puso recto mirando en aquella dirección, como si fuese posible ver algo a través de tantos muros que se interponían en su camino.
―¡JooYeon! ¡Abre! ―Golpeó―. ¡Soy HyeongJun!
―¿HyeongJun? ―Definitivamente seguía aturdido de su sueño, porque claramente no lograba recordar a ninguna persona con ese nombre, hasta que―: ¡JOVEN AMO! ―La velocidad con la que terminó por apartarse la poca manta que lo cubría fue tal que esta acabó en el suelo.
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𝗔𝘀 𝗕𝗲𝗮𝘂𝘁𝗶𝗳𝘂𝗹 𝗔𝘀 𝗔 𝗙𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿 - [ᴊᴏᴏʏᴇᴏɴ x ᴊᴜɴʜᴀɴ]
De Todo ❝𝘓𝘢𝘴 𝘧𝘭𝘰𝘳𝘦𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘥é𝘣𝘪𝘭𝘦𝘴. 𝘚𝘰𝘯 𝘪𝘯𝘨𝘦𝘯𝘶𝘢𝘴. 𝘚𝘦 𝘥𝘦𝘧𝘪𝘦𝘯𝘥𝘦𝘯 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘯 𝘺 𝘭𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘱𝘪𝘯𝘢𝘴 𝘴𝘰𝘯 𝘴𝘶 𝘥𝘦𝘧𝘦𝘯𝘴𝘢.❞ ...